El padre Antonio Lootens, fundador de las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial, falleció el 4 de enero a la edad de 83 años y fue enterrado en el Camposanto Metropolitano del Sur de Cali (Colombia) tras una misa funeral oficiada en la parroquia de San Fernando.

El padre Lootens nació en 1934 en Gante (Bélgica) y en 1951 ingresó en la Congregación del Inmaculado Corazón de María, conocidos como los Misioneros de Scheut por el barrio de Bruselas donde fueron fundados en 1862 por el padre Teófilo Verbist. Tuvo que abandonar su formación en primer año de Teología a causa de una enfermedad.

Tiempo después estudió Medicina hasta quinto año, periodo en el que, como recoge Aciprensa, padeció de una amigdalitis crónica  combinada con una úlcera estomacal. 

En 1961 y 1964 se encontró con San Pío de Pietrelcina, quien le dijo que sería sacerdote un día “y que Dios tenía planes fundacionales con él”.

Terminado el tercer año de sus estudios teológicos en una sucursal jesuita de la Universidad Gregoriana de Roma, se trasladó para ser ordenado sacerdote al seminario de Antananarivo (Madagascar), regido también por los jesuitas. Al concluir el cuarto año de teología y a quince días de ser ordenado diácono, enfermó gravemente de anquilostomiasis, lo cual redujo su peso de 71 a 38 kilos. Cuando ya se daba su muerte por cierta, el sacerdote que le administró los últimos sacramentos le llevó a su casa, donde se curó al cabo de tres meses con una dieta naturalista.

Tras trabajar diez años en el Santuario de la Virgen de las Lágrimas de Siracusa (Italia), fue ordenado sacerdote en 1971 por el obispo de la diócesis, monseñor Giuseppe Bonfiglioli.

Deseando volver a ser misionero, fue durante diez años párroco de Texiguat (Honduras), en la selva y entre los indios chorotegas, para quienes creó un Hogar de Medicina Natural a petición del entonces arzobispo de Tegucigalpa, Héctor Enrique Santos Hernández.

Durante ocho años fue animador y promotor de los Cenáculos Familiares del Rosario de la Madre Carmela Prestigiacomo (18581948), en la diócesis de San Isidro de El General (Costa Rica).


El padre Lootens, con algunas religiosas comunicadoras.

Allí, en 1993, surgió la idea de fundar una comunidad contemplativa y misionera, empezando con dos hermanas y un seminarista, con el fin misionero principal de promover los Cenáculos. Ese deseo misionero brotó también en la entonces hermana Gabriela del Amor Crucificado, quien inició una comunidad dedicada a los medios de comunicación, las actuales Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial. En Bucaramanga (Colombia) vivió como ermitaño y a sus misas acudían miles de personas.