Erio Castelluci es desde 2015 arzobispo de Módena, en el norte de Italia, y hasta entonces era párroco en la ciudad de Forlí. Y como sucesor de los obispos ahora tiene una visión más global de los peligros que acechan a la Iglesia y a los católicos.

Entre ellos destaca la lucha contra el demonio. En una reciente entrevista en el diario regional Il resto del Carlino, monseñor Castelluci reconoce que siendo ya obispo ha sido la primera vez que ha presenciado un exorcismo, y lo hizo a petición del exorcista de la Diócesis, convencido de que la presencia de la autoridad sería útil para vencer al diablo.

No es frecuente que un obispo hable de su participación en un exorcismo y tampoco que reconozca que es la primera vez que acude a uno en su vida.

Sin embargo, la realidad es que durante décadas no se ha tomado en serio la lucha contra Satanás e incluso como repetía siempre el padre Gabriel Amorth, exorcista durante décadas en Roma, “muchos prelados no creen en el demonio e incluso llegan a decir en público que el infierno y el demonio no existen”.

De este modo, durante décadas apenas ha habido exorcistas en las diócesis y por tanto muchos sacerdotes no estén familiarizados con este ministerio. Pero la dinámica está cambiando y ya son muchos los obispos que están nombrando exorcistas en su diócesis y se están viendo obligados a formar aún más debido al gran número de posibles casos existentes.

La entrevista del obispo en la que habla abiertamente de Satanás y admite sin problemas que hasta ese momento nunca había participado en un exorcismo ayudará a luchar contra el “triunfo” del demonio que durante décadas casi había conseguido convencer a todo el mundo de que no existía. Además, puede servir de ejemplo para otros pastores para seguir esta línea de implicación en un ministerio que debe ser potenciado y cuidado. Esta es la entrevista concedida por el arzobispo de Módena y traducida por Portaluz:


-Antes de llegar a ser sacerdote, vi posesos y endemoniados, pero nunca había hecho un exorcismo. Fui llamado por uno de los dos exorcistas de la diócesis por uno caso difícil y, luego de ver la reacción, realmente lo era.


- Me invitó a presenciar. Venga -me dijo- porque este hombre está poseído desde hace algún tiempo, viene conmigo una vez por semana, y su presencia -como obispo-, podría influir. Así es que me acerqué a la parroquia donde en Módena se realizan los exorcismos.


- Nada más verme el hombre empezó a gritar, me decía que me fuera, luego cayó como en un trance; de repente parecía como que iba despertando y al instante enterró sus uñas en el dorso de mis manos. Su mirada era diabólica, y los insultos irrepetibles así como las maldiciones.


-Sí, sí, me dijo que moriré en un accidente de automóvil, y mientras me lo decía se veía feliz.


Erio Castelluci es obispo desde hace sólo un año y medio


-Mi vida está en las manos del Señor Jesús, y por cierto no en las del diablo. No estoy para nada preocupado. La Palabra de Dios enseña que esas maldiciones son ineficaces. El diablo seguirá maldiciendo, lo hace por oficio.


-No excluyo otros exorcismos sobre otras personas. Los propios exorcistas italianos lamentan el ser muy pocos. En el Evangelio de Marcos está escrito: “En mi nombre expulsarán los demonios...”. Es importante para un cristiano tener discernimiento, porque muchos casos son más de competencia del psiquiatra que del exorcista. Muy importante son entonces las oraciones de liberación.


- Para establecer, a través del discernimiento, si la persona sólo está perturbada o poseída. De hecho hay diferencias: si está poseída se recurre al exorcista, si sólo está perturbada las oraciones de liberación y de súplica colaboran a una pronta sanación.


- Están equivocados. Basta ver algunos exorcismos para entender que el mal es una entidad precisa, una realidad.
 

- Sin duda, teniendo siempre muy presente que el Señor Jesús es mucho más fuerte y poderoso… al final siempre triunfa.