Nadie se lo esperaba, pero en julio de este año 2014 Antonio Conte de la Juventus, dejaba su cargo. A las pocas semanas, iniciando el mes de agosto, asumía el liderazgo de la selección nacional de fútbol de Italia.

“Se habla demasiado de reactivar el espíritu y luego no se hace nada. Es hora de que empecemos a trabajar con la verdad; no he venido aquí para perder el tiempo".

Es Antonio Conte, el entrenador de la selección italiana de fútbol, quien así indicaba a sus pupilos que no perdería tiempo ni talentos.

Lo dijo ante los medios de comunicación, después del reciente partido amistoso de Italia con Albania, precisando que el esforzarse por dar lo mejor, siempre, es su forma de vida, dentro y fuera de la cancha, como entrenador y como hombre. Pero no es de estrategias, desafíos de campeonatos o sus lícitos anhelos para el mundial en Rusia, que habla en esta entrevista a la revista Credere de la Azzurra, sino de lo fundamental en la vida: su fe.

Partió Conte recordando su natal Lecce, donde el oratorio de la parroquia San Antonio de Fulgenzio fue determinante en su proceso y un refugio, dice, para las tentaciones de la calle.

La fe ayuda a distinguir entre el bien y el mal, a elegir el camino correcto en momentos de dificultad. Como de pequeño mis padres me dieron una educación católica, ahora estoy haciendo lo mismo con mi hija Victoria”, puntualiza.



- Escucho a toda mi familia: papá, mamá, hermanos, esposa e hija. Luego me voy solo a algún sitio y me paso un par de minutos en oración. Pero entiendo a quienes los atrapa la tensión: el entrenador siente toda la presión sobre él. Tenga en cuenta que debe gestionar con jugadores, cuerpo técnico, aficionados... Después de acumular éxito y dinero a veces te preguntas por qué he aceptado tal responsabilidad... Pero sucede que si un equipo te sigue, el campo compensa todas las noches de insomnio.

-No suelo invocar así al Señor, sino que le doy las gracias siempre, todas las noches, antes de ir a dormir. Rezo a la Virgen y a todos los santos. También antes de las comidas hago la señal de la cruz para dar las gracias por lo que tengo. Espero poder hacer algo que justifique todo lo bueno que he recibido. ¡Darlo todo, porque Dios me ha dado tanto!


- En Cuaresma practico algunas florecillas, pequeñas privaciones de dulces, café y la copa de vino. Puede parecer una tontería, pero para mí renunciar a ello no es fácil.




- ¡A decir verdad el regalo me lo hizo él! Poco antes de la boda (n.d.e.: recibió el sacramento del matrimonio en junio de 2013) me fui con mi familia a la audiencia y el Papa Francisco nos dio una bendición en un pergamino. Me impactó, pues yo había ido de "pecador", con una hija... y el Papa nos dio la bienvenida de forma sencilla… Está transmitiendo valores muy importantes.


- Adelante de la defensa, donde está el corazón del equipo. Es el rol de quienes tienen que sacrificarse por el equipo.

- Un profesor de educación física. Yo vengo de una familia de deportes y me gusta educar. Todavía me acuerdo de mi profesor, que me llevó a hacer deporte.


- Cuando servíamos en la Misa y el párroco debía decidir quién tomaría la vela grande, recuerdo que yo quería ser elegido. Cuando esto sucedía yo estaba feliz, ¡me cambiaba el día! Me gustaba hacer el saludo al sacerdote y orquestar los movimientos de los otros monaguillos.




- Yo hablo de sencillez, queremos vivir una vida sencilla, con la gente. Mi hija va a una escuela pública, tenemos amigos que van de su empresa a comprar en la verdulería. Vittoria (su hija) debe comprender lo que es la vida, ser capaz de relacionarse con todo el mundo sin distinción de clase social. No olvides que yo vengo de una familia humilde, pero con muchos valores.


- Mejor digamos un no. La familia es importante y cuando el equipo está en retirada debe enfocarse y comprender la importancia del juego.


-Vamos a misa juntos, al mediodía o las 18 horas: mi esposa, quien también ha hecho de catequista, se ha acercado mucha a la fe por mí. Si estoy concentrado con el equipo trato de participar en la misa con los jugadores: la fe se practica y experimenta en comunidad.


- La capacidad de tocar temas cotidianos durante el sermón, de lo contrario se me hace difícil seguir lo que dice.


- La historia del hijo pródigo. Me gusta porque nos enseña a perdonar.


- Sí, el perdón es parte de la tarea del entrenador, de lo contrario de 25 futbolistas no quedarían ni 10. Pero antes de perdonar creo que se debe hacer entender los errores: quien hizo mal debe redimirse.