Jesús Catalá, obispo de Málaga, presidió este martes por la tarde el envío misionero de una familia malagueña a Irlanda.

La familia es la de Luis Merino, Miriam Rodríguez y sus cinco hijos, pertenecientes a una de las comunidades neocatecumenales presentes en la parroquia de la Purísima Concepción de María de Málaga.

En próximas semanas estos misioneros partirán hacia la ciudad irlandesa de Dundalk.

La celebración del envío tuvo lugar en el templo parroquial en el contexto de la Eucaristía que concelebraron el párroco de la Purísima, Francisco Molina; el de Ntra. Sra. de Gracia, Aurelio López; y el recién ordenado Francisco J. Martínez.

Don Jesús Catalá aprovechó la figura de santa María Magdalena, cuya conmemoración se celebraba ese día, para insistir en tres pilares fundamentales de la vida cristiana: la fidelidad, ser testigos y el amor que parte hacia los hermanos.

Para el responsable de las comunidades neocatecumenales de la parroquia, Manuel Burgos, «fue una ceremonia muy emotiva en la que participaron numerosos fieles que llenaron el templo. En su homilía, 
En ese sentido animó a la familia enviada a imitar la figura de esta santa, primer testigo de la Resurrección del Señor, en esta nueva misión que la Iglesia les ha encomendado».

En el transcurso de la celebración, la comunidad a la que pertenece el matrimonio realizó la proclamación solemne del Credo, la síntesis de la fe de la Iglesia que van a transmitir en su nuevo país de residencia. 







A pesar de que Irlanda es un país tradicionalmente católico, el proceso de secularización está siendo muy virulento. Parroquias que contaban con una asistencia a la misa dominical de 1.500 personas, se encuentran ahora con menos de una treintena de fieles. Los misioneros malagueños parten, pues, a petición del obispo local que los solicita. Su trabajo consistirá en apoyar la labor de la comunidad parroquial en todo aquello que se les encomiende.