«Francisco habla del amor más que del aborto para llegar a los no creyentes». El cardenal estadounidense Sean O’Malley, hablando ante los Cabelleros de Colón (que celebran su convención en San Antonio, Texas), respondió a las críticas de algunos ambientes tradicionlistas contra la predicación de Papa Bergoglio y aseguró que la defensa de la vida es parte fundamental de su Pontificado.


Demostración de ello es la aprobación del Pontífice al camino hacia los altares de la paladina anti-aborto brasileña.

El episcopado carioca, efectivamente, comenzará en 2015 los pasos para pedir al Vaticano la beatificación de la misionera y pediatra Zilda Arns, fundadora y coordinadora de la Pastoral del Niño, que murió durante el terremoto que devastó Haití en 2010.

Hermana del cardenal franciscano Paulo Evaristo Arns, vivió su profesión médica «con verdadero espíritu franciscano», poniendo su creatividad al servicio de los más necesitados, subrayó la agencia Fides.

Fue ella la que promovió en Brasil una “Pastoral de los niños” con el objetivo de combatir la mortandad infantil ayudando a las madres embarazadas.

Un proyecto que nació en las favelas del Coroadinho y que hoy en día existe en diferentes zonas de América Latina, Asia y África. Solamente en Brasil, apoya a dos millones de madres y a sus hijos, de cero a 6 años, con la colaboración de alrededor de 260 mil voluntarios.

Cuando se desencadenó el terremoto, Arns iba caminando por las calles de Port-au-Prince con dos soldados. Zilda Arns, pediatra, era hermana del arzobispo emérito de Sao Paolo, el cardenal Paulo Evaristo Arns.

Madre de cinco hijos y viuda desde 1978, dedicó toda su vida a causas humanas y solidarias. En 1983 fundó la Pastoral del Niño, órgano de acción social vinculado con la CNBB, que tiene como objetivo el desarrollo integral de los niños pobres y asiste, para que ellos puedan crecer dignamente, a sus familias y comunidades.

La Pastoral del Niño opera en Brasil gracias a 260 mil voluntarios, que se ocupan de más de 1,8 millones de niños y de 95.000 embarazadas en más de 42.000 comunidades distribuidas en 4.066 municipios brasileños.

En 2001, Zilda Arns fue candidata al Premio Nobel de la Paz. Declaró en una ocasión que el mayor éxito que había alcanzado hasta entonces en Brasil había sido «la reducción del 60% de la mortandad infantil y del 50% de la desnutrición, además de la disminución de la violencia dentro de las familias».
 
Para obtener buenos resultados, subrayó, es importante «una gran atención por el tejido social»: «El objetivo es aumentar la autoestima de los pobres y su potencial humano. A veces encontramos mujeres con 4 o 5 hijos, analfabetas, que se sienten una nulidad. Cuando la Pastoral las saca de las privaciones, las alfabetiza y les da una esperanza, logran comenzar una vida nueva para ellas mismas y para sus hijos».

En cuanto al aborto, recordó que su legalización no implicaba la disminución de la mortandad materna, que, al contrario, se erradica con un buen servicio de asistencia prenatal y con la mejoría de las condiciones de vida de las personas. «Es posible trabajar a favor de la vida en abundancia y, al mismo tiempo, salvar vidas para que no sean abortadas».