Tamara Falcó sigue sorprendiendo a propios y extraños por la naturalidad con la que habla de su fe, tras su conversión hace algo menos de dos años. Todavía está descubriendo la belleza del depósito de la Iglesia y no tiene problemas en ser una sorprendida feliz. Y esto descoloca y mucho a la prensa rosa, que la sigue día y noche y que ha visto en ella este cambio tan radical.
 
Por ello, cada vez que acude a algún acto o evento le preguntan sobre este nuevo aspecto de su vida. Y ella responde con total naturalidad a las dudas de los periodistas de un mundo rosa muy necesitado de Dios.
 
“Soy muy feliz”
Pese a esta sorpresa  generalizada y el acoso de los medios, ella sigue a lo suyo. Sigue yendo a la iglesia a misa y a rezar y continua ayudando a los más necesitados en comedores sociales. De hecho, insiste en la felicidad que supone para ella haber encontrado en la fe un apoyo. “Me encanta haber encontrado refugio en Cristo, me encanta y soy muy feliz”, dijo sonriente a los medios de comunicación.
 
Esta joven, imagen de firmas exclusivas y una de las chicas de moda en España, está muy feliz con Francisco. Ella lo expresa, a su manera: “el Papa es la pera, me encantaba el anterior pero este que es Francisco y San Francisco de Asís es muy pobre , como la vida de Cristo, entonces es muy difícil competir”.
 
“Hay que evangelizar”
Durante el acto de presentación de una marca no pararon de hacerle preguntas sobre su vocación. Concretamente, sobre si está llamada a una vida religiosa. Hace meses que dijo que no lo descartaría pero es un tema que ha trastocado ha muchos. Repreguntada  de nuevo respondió que “si es por ahí por donde me llama el Señor, bien, pero por ahora no me meto a monja, si de repente siento vocación me meteré a monja, pero no estoy sintiendo la vocación y por eso no estoy de novicia”.
 
Al ser ahora el ejemplo religioso de la familia Preysler, le preguntaron su opinión de que su hermana no sea religiosa ni vaya a misa. Su respuesta, clara y concisa: “Igual que yo antes, creo que eso tiene que surgir, hay que evangelizar pero no puedes forzar a nadie”.
 
Una conversión que le cambió la vida
Desde hace meses, Tamara Falcó habla de su fe desde una conversión que ,según cuenta ella misma, le cambió la vida. “Para mi es totalmente nuevo, porque la religión la tenía abandonada y ha supuesto un cambio en mi vida, he encontrado un equilibrio en todos los sentidos y es lo que más me llena”.
 
 “Antes no entendía cómo la fe te puede ayudar a sobrellevar las cosas, pero ves como día a día  todas las piezas del puzzle empiezan a encajar”. Así, afirmaba con rotundidad que “desde que rezo y voy a misa he cambiado por completo. Me llena”.