La primera semana de febrero, la asamblea plenaria de los obispos de Colombia, a petición de los religiosos eudistas, decidió por unanimidad iniciar el proceso canónica para buscar la beatificación y canonización de Rafael García-Herreros, el fundador de Minuto de Dios (www.minutodedios.org), que en 1950 daba nombre a un programita de radio de un minuto de temas espirituales, luego a un programa de radio, después a toda una corporación social, un barrio entero y un conglomerado de empresas sociales y de comunicación. 

Rafael García-Herreros, sacerdote de la congregación fundada por San Juan Eudes en el s.XVII, puso a rodar una bolita en 1950 con su programa de radio de un minuto de duración, en el que reflexionaba sobre Dios, el hombre y el compromiso del pueblo cristiano. Con los años se convirtió en un alud de obras.


Con la llegada de la televisión a Colombia, el programa diario pasó a la pantalla en 1955. En 1957 entregó la primera casa en lo que se convertiría en el barrio El Minuto de Dios, en el occidente de la capital colombiana.

En 1961 el padre decidió convocar el primer "Banquete del Millón", con el objetivo de recoger más fondos para construir soluciones de vivienda para los más pobres del país. En este evento, el presidente colombiano de turno y los más pudientes del país pagaban un millón de pesos -unos 562 dólares de hoy- por tomar una taza de caldo y un pan que eran servidos por "reinas de belleza".

Hoy, casi 56 años después, la obra del padre García-Herreros ha entregado a los pobres unas 67.000 casas nuevas y unas 40.000 remodeladas, según el padre Diego Jaramillo, actual presidente de la Organización El Minuto de Dios.

Otras instituciones de la organización El Minuto de Dios ofrecen servicios de educación básica y superior, crédito a la pequeña y mediana empresa, asesoría agroindustrial, comunicaciones y crecimiento espiritual, para lograr elevar el nivel de vida de las gentes y propiciar su desarrollo humano integral.


El Premio Nobel Gabriel García Márquez escribió en una de sus obras cumbre, "Noticia de un secuestro", acerca de este sacerdote que invitaba a convertirse y a entregarse al capo de la droga Pablo Escobar.

"El padre era una de las caras más conocidas del país desde enero de 1955, cuando se inició el programa en el canal 7 de la Televisora Nacional... Se distinguía por su estilo directo y a veces brutal, y hablaba con sus ojos de águila fijos en el espectador", escribió Gabriel García Márquez en su obra de 1996.

El 18 de abril de 1991, García-Herreros sorprendió al país y al mundo con este mensaje desde la televisión a Escobar, dando voz a los pensamientos que imaginaba en el "capo": "Me han dicho que quiere entregarse... ¿Qué debo hacer?... ¿deberé hacerlo? ¿Me rechazarán si lo hago? ¿Me rechazarán en Colombia? Si lo hago: ¿se formará una balacera cuando yo vaya con ellos? ¿Caeré con ellos en esta aventura?".

Días después García-Herreros se reunió con Escobar y lo convenció de que se sometiera a la justicia. Según García Márquez, cuando se vieron por primera vez el sacerdote le dijo: "Pablo, vengo a que arreglemos esta vaina".

De la mano de García-Herreros, Escobar se entregó a las autoridades el 19 de junio de 1991. Pero se fugó un año después y en diciembre de 1993 la policía abatió a tiros al "narco" en Medellín.

Aunque hay ya varios beatos de origen colombiano, aún no hay ningún santo canonizado del país. El primero será la madre Laura Montoya, que será canonizada el 12 de mayo en Roma (si el nuevo Papa -¿quizá un hispanoamericano?- no dispone otra cosa).