«Es el hombre de todos los tiempos», con este título el obispo de la diócesis de Shanghái Alios Jin Lu Xian, ha querido comenzar su tradicional mensaje para el Año Nuevo Chino. Este «hombre» del que habla no es otro que Paul Xu Guangqi, el primer chino mandarín bautizado por el gran misionero jesuita Matteo Ricci. Hoy su diócesis y la comunidad católica china continental promueven su causa de beatificación con gran apoyo de los misioneros y los católicos del mundo. Esta beatificación sería un respaldo clave de la Santa Sede a los seis millones de católicos fieles a Roma con los que cuenta el país, frente a los cristianos pertenecientes a la Iglesia Patriótica que sigue al dictado las proclamas del régimen.

Paul Xu Guangqi (15621633) nació en Shanghai y dedicó la mayor parte de su vida a ser funcionario de la corte Ming. Junto a su amigo el padre jesuita Matteo Ricci (15521610) tradujo al chino textos occidentales sobre matemáticas, hidráulica, astronomía, trigonometría y geografía, destacando la traducción de fragmentos de los Elementos de Euclides, y la traducción al latín de textos chinos, entre los que se encuentran algunos de Confucio. Gran conocedor de materias como la astronomía, las matemáticas o la agricultura, el contacto con el padre Ricci lo llevó a ser bautizado como católico en 1603 y su familia a ser la primera católica de Shanghái.


El mensaje del anciano prelado de 95 años, recogido en la agencia Fides, se divide en cuatro partes y define a Paul Xu como el fundador y pionero de la diócesis, apologista de la fe y un gran mediador. «El 2012 es el año que la Iglesia dedica a la nueva evangelización. Pero también se celebra el 450º aniversario del nacimiento del evangelizador de nuestra diócesis de Shanghái. Y son 460 años del nacimiento del padre Matteo Ricci. Soy un viejo fan de Xu», escribe el obispo de Shanghái.

«Tenía un carácter amable y generoso, con gran capacidad para mediar y facilitar las situaciones. Pero eso no quiere decir que llegó a un compromiso en la fe, o que tenía menos iniciativa para la evangelización», afirma monseñor Alios Jin Lu Xian y añade que «en la difícil época de los tiempos iniciales de la Iglesia china, aunque limitada por muchos factores, para defender a la Iglesia siguió con vigor el principio de Ricci: “Respetar la cultura china”, actuar con prudencia para proteger a la Iglesia».

Para Lu Xian, el primer católico nacido en Shanghái «era consciente de que el conflicto sólo provoca el odio a la religión católica, y por lo tanto la persecución, y eso no es nada saludable para el desarrollo integral de la Iglesia en China. Por lo tanto, evitando el conflicto, el odio disminuye de forma natural». El obispo jesuita comenta que Paul Xu «afirmaba y explicaba las verdades de la fe con términos muy claros, y defendió a la Iglesia de una manera legítima, hasta el punto de dedicarle su propia vida. ¿Cómo se puede juzgar tal fe como una fe de compromiso? Él goza de un prestigio y una admiración particulares en el corazón del pueblo chino, pero también tiene un significado especial para la Iglesia universal», concluye el prelado.

El año que viene, se celebran los 380 años de la muerte de Paul Xu para lo que monseñor Xian invita a los fieles a “invocar su intercesión en la enfermedad, para conseguir el milagro necesario para su beatificación. Para que Roma lo proclame lo beato tan pronto como sea posible” así como visitar su tumba en el parque Guangqi de Shanghai, a pocos pasos de la Catedral.


Nacido en Macerata (Italia) el 6 de octubre de 1552 en una de las familias más nobles de la ciudad, Matteo Ricci entró en la Compañía de Jesús en 1571 y estudió como novicio matemáticas, geografía y astronomía. Fue enviado a China en 1583, donde permaneció hasta su muerte en 1610. Su deseo era llegar hasta Pekín, pensando que la conversión de China debería comenzar por la del emperador y las clases altas. Su éxito se debió a sus cualidades personales y a su completa adaptación a las costumbres chinas.
Llamado por los chinos «el hombre sabio de Occidente», Ricci compuso unos 20 libros científicos y de religión. Confeccionó un calendario más exacto, predijo eclipses y publicó los primeros mapas de China conocidos en Occidente.