Francisco ha vuelto a dejar claro que le importan más los "procesos" que los "resultados" y va a abrir, "en los próximos meses", un "diálogo" con las conferencias episcopales que tendrá lugar "en formas que habrán de definirse" y versará sobre los "ministerios bautismales".

En la estela de Pablo VI

El Papa hizo este anuncio en un mensaje a toda la Iglesia en el cincuentenario de la carta apostólica en forma de motu proprio Ministeria Quaedam con la que Pablo VI abolió en 1972 la tonsura y reformó las órdenes menores, abriéndolas a los laicos y retrasando hasta el diaconado la incorporación al estado clerical.

Pero el Papa Montini abrió con ello, afirma Francisco, "una perspectiva importante que tuvo la fuerza de inspirar desarrollos posteriores", a los que vincula sus propias decisiones de enero y mayo de 2021 de abrir a las mujeres los ministerios del lectorado y del acolitado y de crear el ministerio de catequista.

Francisco recuerda que los ministerios en la Iglesia se organizan según "dos fundamentos", a saber: que "en el origen de todo ministerio siempre está Dios que con su Espíritu Santo que obra todo en todos" y que "la finalidad de todo ministerio es siempre el bien común, la edificación de la comunidad". La organización de esos ministerios no es "funcional", sino que parte de un "discernimiento comunitario", en una "escucha a lo que el Espíritu sugiere a la Iglesia en un lugar concreto y en el momento presente de su vida".

Por tanto, "toda estructura ministerial que nace de ese discernimiento es dinámica, viva y flexible como la acción del Espíritu Santo", y es en esa dinámica en la que el Papa quiere situar esta nueva iniciativa.

Que los procesos no cristalicen ni se detengan

"La cuestión de los ministerios bautismales", explica, "afecta a diversos aspectos que ciertamente deben ser tenidos en cuenta", entre los que cita la terminología, el fundamento doctrinal, los aspectos jurídicos, las distinciones y relaciones entre ministerios, etc. De ahí la "complejidad del tema", que sin embargo no debe detener el proceso porque "la realidad es superior a la idea" y "el tiempo es superior al espacio", dos principios tomados de su exhortación apostólica Evangelii Gaudium y muy repetidos en sus discursos porque forman parte de su filosofía. Hay que evitar, añade, "la obsesión por los resultados inmediatos en la resolución de todas las tensiones y en la clarificación de todos los aspectos, lo que supondría un riesgo de cristalizar los procesos y, en ocasiones, intentar detenerlos".

Con Ministeria Quaedam, Pablo VI "abrió la puerta a la renovación de la experiencia del ministerio de los fieles, renacidos en el agua del bautismo, confirmados con el sello del Espíritu Santo y alimentados por el Pan Vivo bajado del cielo".

En esa línea, y "para poder escuchar la voz del Espíritu Santo y no detener el proceso (prestando atención para no querer forzarlo, imponiendo decisiones que son fruto de visiones ideológicas), considero útil compartir, más aún en el clima del camino sinodal, las experiencias de estos años. Ellas pueden ofrecer indicaciones preciosas para llegar a una visión armónica de la cuestión de los ministerios bautismales y proseguir así en nuestro camino".

"Por este motivo", concluye el Papa, "deseo que en los próximos meses, en formas que habrán de definirse, tenga lugar un diálogo sobre el tema con las conferencias episcopales para poder compartir la riqueza de las experiencias ministeriales que ha vivido la Iglesia en estos cincuenta años, ya sea como ministerios instituidos (lectores, acólitos y, solo recientemente, catequistas), ya sea como ministerios extraordinarios y de hecho".