En la tarde del sábado 27, los padres sinodales han escuchado la lectura, punto por punto, del documento final del sínodo, de 167 puntos. Algunos párrafos habían tenido solo uno o dos votos en contra. Otros habían recibido muchos votos en contra (el 150, sobre "personas homosexuales", logró 65 votos en contra, y el 121 sobre sinodalidad, 51 votos contrarios). Es el resultado de 3 semanas conviviendo y debatiendo.

(Lea aquí un resumen del Documento Final, con enlace al original italiano).

Los obispos son los primeros destinatarios del texto final

El Papa Francisco, al finalizar, se levantó para animar a los obispos a entender que “somos los primeros destinatarios del documento”. "Somos nosotros los destinatarios del documento, no la gente de fuera. Que este documento trabaje, hacer oración con el documento, estudiarlo, pedir luz.". "Sí, ayudará a muchos otros, pero los primeros destinatarios somos nosotros, es decir, el Espíritu Santo hizo todo esto, y esto vuelve a nosotros: no lo olviden por favor", pidió.

El Acusador hostiga a la Iglesia

Después, improvisó un discurso sobre el demonio que acecha y ronda a la Madre Iglesia con acusaciones y persecuciones. "Quería decirlo al final del Sínodo", dijo. “Es un momento difícil porque el Acusador a través de nosotros ataca a la Madre y la Madre no se toca”, afirmó, recordando la imagen del inicio del Libro de Job en que Satán (Shaitan, el "Acusador" en hebreo) recorre el mundo buscando a quién acusar ante Dios.

“Es el momento de defender a la Madre, y a la Madre se la defiende del gran acusador con la oración y penitencia. Por eso pedí en este mes que termina, en pocos días, de rezar el rosario, rezarle al arcángel Miguel, rezarle a la Virgen para que cubra siempre a la Madre Iglesia. Sigamos haciéndolo”.

"Los últimos tres números sobre la santidad -recordó- hacen ver que la Iglesia, nuestra Madre es santa pero los hijos somos pecadores". "No olvidemos aquella expresión de los padres, la «casta meretrix», la Iglesia Santa, Madre Santa con hijos pecadores".

"A causa de nuestros pecados siempre el grande acusador que aprovecha- como dice en el primer capítulo de Job- que gira por la tierra buscando a quien acusar".

Oración y penitencia ante los ataques del mal

En este momento, prosiguió "nos está acusando fuerte y esta acusación se convierte en persecución también". Persecuciones, se refirió el Papa, como las que suceden "en Oriente o en otras partes". Pero también otro tipo de persecuciones: "acusaciones continuas para ensuciar la Iglesia": "la Iglesia - afirmó- no debe ser ensuciada, los hijos sí somos sucios, pero la Madre no, y por eso es el momento de defender a la Madre, y a la Madre se la defiende del gran acusador con la oración y penitencia".

"Por eso - concluyó Francisco - pedí en este mes que termina en pocos días, de rezar el rosario, rezarle al arcángel Miguel, rezarle a la Virgen para que cubra siempre a la Madre Iglesia. Sigamos haciéndolo. Es un momento difícil porque el acusador a través de nosotros ataca a la Madre y la Madre no se toca. Esto quería decirlo de corazón al finalizar el Sínodo. Y ahora, el Espíritu Santo les regala este documento para todos nosotros, también para mí, para reflexionar qué quiere decirnos a nosotros. Gracias a todos. ¡Gracias!"

El Sínodo no es un parlamento: es un espacio protegido

En su dicurso improvisado, el Papa también dijo que "el Sínodo no es un parlamento", sino es "un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda actuar". "Por eso - explicó - las informaciones que se dan son generales". "Esto ha sido un espacio protegido: no olvidemos esto, fue el Espíritu Santo quien trabajo aquí", recordó.

El Papa también dio gracias, entre bromas, a los subsecretarios: "dije que habían dejado la piel en el documento preparatorio; ahora creo que dejan los huesos". También el agradecimiento a los expertos, a los auditores y a los jóvenes que "nos trajeron su música aquí en el aula" -bromeó- "música es la palabra diplomática para decir bullo, ¡es así! ¡Gracias!"