Se ha celebrado del 1 al 3 de diciembre de 2017 en Roma un congreso sobre  “Pastoral Vocacional y Vida Consagrada”, organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en preparación para el Sínodo de los Obispos del próximo año 2018. 

En el encuentro han participado 800 consagrados y consagradas, entre ellos muchos superiores mayores, animadores y agentes de pastoral vocacional de todo el mundo, reunidos en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum para escuchar, compartir y discutir el delicado tema de las vocaciones.

El Papa Francisco les ha dirigido un mensaje que se publicó el viernes expresando algunas de sus convicciones y planteando cuáles son los desafíos actuales en pastoral vocacional. 


1-En primer lugar, señaló que “hablar de pastoral vocacional es afirmar que toda acción pastoral de la Iglesia está orientada, por su propia naturaleza, al discernimiento vocacional, en cuanto su objetivo último es ayudar al creyente a descubrir el camino concreto para realizar el proyecto de vida al que Dios lo llama”.

“El servicio vocacional ha de ser visto como el alma de toda la evangelización y de toda la pastoral de la Iglesia”, subrayó. En este sentido, pidió no reducir la pastoral vocacional a “actividades cerradas en sí mismas”, pues eso podría llevar al proselitismo.

Por el contrario, abogó por situar la pastoral vocacional “en estrecha relación con la evangelización, la educación en la fe, de forma que la pastoral vocacional sea un verdadero itinerario de fe y lleve al encuentro personal con Cristo”.

2-Una segunda convicción es que “la pastoral vocacional tiene su ‘humus’ más adecuado en la pastoral juvenil. Pastoral juvenil y pastoral vocacional han de ir de la mano”.

“La pastoral vocacional se apoya, surge y se desarrolla en la pastoral juvenil. Por su parte, la pastoral juvenil, para ser dinámica, completa, eficaz y verdaderamente formativa ha de estar abierta a la dimensión vocacional”, destacó.

3-La tercera convicción explicada por el Papa se centró en la oración. “La oración ha de ocupar un lugar muy importante en la pastoral vocacional”, explicó.

“La oración constituye el primer e insustituible servicio que podemos ofrecer a la causa de las vocaciones. Puesto que la vocación es siempre un don de Dios, la llamada vocacional y la respuesta a dicha vocación solo puede resonar y hacerse sentir en la oración, sin que ello sea entendido como un fácil recurso para desentendernos de trabajar en la evangelización de los jóvenes para que se abran a la llamada del Señor”.


Tras explicar las convicciones, el Papa Francisco planteó una serie de desafíos.

1-En primer lugar, la confianza. “Confianza en los jóvenes y confianza en el Señor. Confianza en los jóvenes, pues hay muchos jóvenes que, aun perteneciendo a la generación ‘selfie’ o a esta cultura que más que ‘fluida’ parece ya ‘gaseada’, buscan pleno sentido a sus vidas, aun cuando no siempre lo busquen en donde lo pueden encontrar”.

El Pontífice afirmó que los consagrados tienen la responsabilidad de “permanecer despiertos para despertar a los jóvenes, estar centrados en el Señor para poder ayudar al joven a que se centre en él”.

2-En segundo lugar, el desafío de la lucidez. “Es necesario tener una mirada aguda y, al mismo tiempo, una mirada de fe sobre el mundo y en particular sobre el mundo de los jóvenes”, subrayó. “Es esencial conocer bien nuestra sociedad y la actual generación de los jóvenes de tal modo que, buscando los medios oportunos para anunciarles la Buena Nueva, podamos anunciarles también el ‘evangelio de la vocación’. De lo contrario estaríamos dando respuestas a preguntas que nadie se hace”.

3-Por último, el desafío de la convicción. Insistió en que “para proponer hoy a un joven el ‘ven y sígueme’ se requiere audacia evangélica; la convicción de que el seguimiento de Cristo, también en la vida consagrada, merece la pena”.




A continuación, detalló las siete características que debe tener la pastoral vocacional al seguimiento de Cristo para que “toque el corazón de los jóvenes y se sientan atraídos por Cristo”:

1-Diferenciada: La pastoral vocacional debe dar respuesta “a las preguntas que cada joven se plantea” para que así “ofrezca a cada uno de ellos lo necesario para colmar con abundancia sus deseos de búsqueda”.

2-Narrativa: El Papa destacó la importancia de que el joven vea “narrado en la vida concreta de un consagrado el modelo a seguir: Jesucristo”. Aseguró que “solo una propuesta de fe y vocacional encarnadas, tiene posibilidad de entrar en la vida de un joven que lo contrario”.

3-Eclesial: “Una propuesta de fe o vocacional a los jóvenes tiene que hacerse dentro del marco eclesial del Vaticano II”, apuntó. De esta manera, ese marco eclesial reclama a los jóvenes “un compromiso y una participación en la vida de la Iglesia, como actores y no como simples espectadores. También deben sentirse partícipes de la vida consagrada: sus actividades, su espiritualidad, su carisma, su vida fraterna, su forma de vivir el seguimiento de Cristo”.

4-Evangélica: Evangélica y, por lo tanto, “comprometida y responsable”. El Pontífice explicó que “la propuesta de fe, como la propuesta vocacional a la vida consagrada, han de partir del centro de toda pastoral: Jesucristo, tal como nos viene presentado en el Evangelio”.

5-Acompañada: Francisco subrayó la necesidad de “acompañar a los jóvenes” y moverlos “para que vayan más allá de las comodidades en las que descansan, despertar el deseo, interpretarles lo que están viviendo, llevarles a Jesús y siempre favoreciendo la libertad para que respondan a la llamada del Señor libre y responsablemente”.

6-Perseverante: “Con los jóvenes hay que ser perseverantes, sembrar y esperar pacientemente que la semilla crezca y un día pueda dar su fruto”, aseguró. “La misión del agente de pastoral juvenil tiene que ser bien consciente que su labor es la de sembrar, otro hará crecer y otros recogerán los frutos”.

7-Juvenil: Reconoció que no se puede tratar a los jóvenes “como si no fueran tales. Nuestra pastoral juvenil debe estar marcada por las siguientes notas: dinámica, participativa, alegre, esperanzada, arriesgada, confiada. Y siempre llena de Dios”.