El Papa Francisco se reunió este lunes por la tarde en el Vaticano con un grupo de niños y jóvenes, acompañados de sus familias y los médicos, que son tratados en el hospital infantil “Bambino Gesù” de Roma. En su intervención, el Santo Padre recordó que los católicos tienen que dar la medicina más importante, y que no es otra que el amor.

Tal y como recoge Aciprensa, Francisco dijo a este grupo que “cada uno de vosotros es una historia. No solo los niños enfermos, sino también los médicos, los enfermeros, los que visitan, las familias”.


“Entrar en un hospital da siempre miedo. Yo veo que cuando me acerco a algunos niños, no todos, pero sí algunos, pequeños, que me ven de blanco, comienzan a llorar, piensan que soy el médico que les va a poner una vacuna, y lloran y tienen miedo, pero después les hago dos caricias y se tranquilizan”, añadió el Papa.

De este modo, el Pontífice advirtió del peligro y del riesgo “de olvidar la medicina más importante que solo una familia puede dar: ¡las caricias!”. “Es una medicina demasiado cara, porque tenerla, para poderla tener debes darlo todo, debes poner todo el corazón, todo el amor”, agregó.


En este sentido, “vosotros tenéis las caricias de los médicos, de los enfermos, de la directora, de todos”. Este hospital “en los últimos tiempos ha crecido mucho y se ha convertido en una familia. El niño, el enfermo allí encuentra una familia”.

El “Bambino Gesù” es “un testimonio, un testimonio humano. Es un hospital católico y para ser católico antes de nada uno debe ser humano, y vosotros hoy dais un testimonio humano”.

“Por favor, id adelante siempre en este camino, creced en este camino”. “¿Qué es más importante en una familia? La madre, el padre, los hermanos mayores, los abuelos, los niños… cada uno es más importante, y vosotros sois todos importantes, pero siempre unidos”.