El Papa volvió a presidir la audiencia de los miércoles en la Plaza de San Pedro ahora que ha vuelto el buen tiempo en Roma. Miles de personas le esperaban y al bajar del vehículo lo primero que hizo fue bendecir una imagen peregrina de la Virgen de Fátima y saludar a peregrinos chinos.

En sus catequesis de los miércoles, Francisco volvió a hablar de la esperanza y señaló que “san Juan Pablo II nos recuerda que el secreto para mantenernos alegres en la esperanza es reavivar nuestros corazones el amor de Dios”.


Tal y como recoge Zenit, el Santo Padre añadió que “todos somos pecadores, pero el Señor, que es rico en misericordia, abre ante nosotros una vía de libertad y de salvación, que es la posibilidad de vivir el mandamiento del amor, dejándonos guiar por el corazón del Resucitado”.

De este modo, agregó que “vivir y actuar el mandamiento del amor es un don de la gracia de Dios” y advirtió que por “cuando amamos, hay que evitar caer en la hipocresía de buscar nuestros propios intereses, y también en la idea falsa de pensar que si amamos es sólo mérito nuestro”.

Según el Papa, “la auténtica caridad nace del encuentro personal con el rostro misericordioso de Jesús, y nos lleva al encuentro sincero con los hermanos”.


“Sólo de esta forma -aseguró el Obispo de Roma- podremos mantenernos alegres en la esperanza, pues sabemos que a pesar de nuestras debilidades y fallos, y hasta en los momentos más difíciles, el amor de Dios nunca nos abandona, y nos impulsa a compartir con nuestros hermanos todo lo que cada día recibimos de él”.

El Papa concluyó su resumen en español, saludando “cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.”

“En este tiempo de cuaresma -precisó Francisco- los invito a que, alegres en la esperanza, reaviven en sus corazones el amor que han recibido de Dios y lo compartan con todos los hombres con obras de caridad sincera. ¡Que Dios los bendiga!”.