“El mundo tiene más que nunca necesidad de Cristo, de su salvación, de su amor misericordioso”, lo dijo el Papa Francisco a los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro para rezar la oración mariana del Ángelus del tercer domingo de junio, tal y como recoge Radio Vaticana.

Comentando el Evangelio que la liturgia presenta en este XII Domingo del tiempo Ordinario, el Santo Padre señaló que este pasaje evangélico nos invita una vez más a confrontarnos, por así decir, “cara a cara” con Jesús, quien nos presenta una doble pregunta: '¿Quién dice la gente que soy yo? Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?'".

“Enseguida, -afirma el Papa-, Pedro a nombre de todos responde: Tú eres el Mesías de Dios, es decir: Tú eres el Mesías, el Consagrado de Dios, enviado por Él a salvar su pueblo según la Alianza y la promesa”. La confesión de Pedro hace ver a Jesús que los Doce, han recibido del Padre el don de la fe; y por esto inicia a hablar con ellos abiertamente de aquello que le espera en Jerusalén.

“Aquellas mismas preguntas hoy son propuestas a cada uno de nosotros, subraya el Pontífice: ¿Quién es Jesús para la gente de nuestro tiempo? ¿Quién es Jesús para cada uno de nosotros?”.

Ante estas preguntas estamos llamados a hacer de la respuesta de Pedro nuestra respuesta, profesando con alegría que Jesús es el Hijo de Dios, la Palabra eterna del Padre que se ha hecho hombre para redimir la humanidad, vertiendo sobre ella la abundancia de la misericordia divina. El mundo – afirma el Papa – tiene más que nunca necesidad de Cristo, de su salvación, de su amor misericordioso.

Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco recordó que “todos tenemos necesidad de respuestas adecuadas a nuestras profundas preguntas existenciales. Y sólo en Cristo, es posible encontrar la paz verdadera y el cumplimiento de toda humana aspiración. Ya que Jesús conoce el corazón del hombre como ningún otro. Por esto, dice el Papa, lo puede sanar, dándole vida y consolación”.