Desde la mañana de este sábado, el Papa Francisco se encuentra realizando un viaje a Asti (Piamonte, Italia), donde visitó a sus primas Carla Rabezzana, en Portacomaro, y a Delia Gai, residente en Tigliole. Asimismo, Francisco ha celebrado este domingo la Santa Misa a las 11:00 horas en la catedral de Asti, junto con la Jornada Mundial de la Juventud diocesana.

Tras su llegada en helicóptero al campo de Portacomaro Stazione, Francisco fue recibido por el párroco Luigino Trinchero y cientos de personas, antes de comenzar la visita a su familia.

Durante la homilía, Francisco destacó que en la solemnidad de Cristo  Rey se celebra a un rey que “se hizo siervo para que cada uno de nosotros se sienta hijo”. Un rey, añadió, que “se dejó insultar y que se burlaran de él, para que en cualquier humillación ninguno de nosotros esté ya solo. Dejó que lo desnudaran, para que nadie se sienta despojado de la propia dignidad, y subió a la cruz, para que en todo crucificado de la historia esté la presencia de Dios”.

“Este es nuestro rey – asegura Francisco – rey del universo, porque Él cruzó los más recónditos confines de lo humano; entró en la oscura inmensidad del odio y del abandono para iluminar cada vida y abrazar cada realidad”.  

También ha asegurado que nos da la posibilidad de reinar en la vida "si te rindes ante la mansedumbre de su amor, que se propone pero no se impone; el amor de Dios no se impone jamás, a su amor que siempre te perdona, nosotros tantas veces nos cansamos de perdonar a las personas, les hacemos la cruz y hacemos la sepultura social, él no se cansa de perdonar jamás, jamás, siempre te vuelve a poner en pie, que siempre te restituye tu dignidad real". De hecho, puntualizó, “la salvación nos viene al dejarnos amar por Él, porque sólo así somos liberados de la esclavitud de nuestro yo, del miedo de estar solos, de pensar que no lo lograremos”.  

Al mismo tiempo, Francisco invitó a los fieles a elegir el camino del buen ladrón, a acercarse a Dios y a practicar la oración constante pidiendo al Señor lo que el mismo buen ladrón le pidió en la cruz: "Acuérdate de mí cuando estés en Tu  reino".

“Esto es lo que quiere decirnos Dios cada vez que nos dejamos mirar por Él. Y entonces entendemos que no tenemos un dios desconocido que está allá arriba en el cielo, poderoso y distante, sino un Dios cercano, tierno y compasivo, cuyos brazos abiertos consuelan y acarician” afirma el Papa.

"El secreto para mantenerse joven" está en María 

El Papa Francisco rezó el Ángelus y realizó el comentario del Evangelio una vez concluida la Santa Misa, en la misma catedral. Agradeció la acogida de los fieles y del obispo de Asti y dirigió unas palabras a los jóvenes presentes en la catedral con motivo de la celebración de la Jornada Mundial  de la Juventud diocesana, que se celebra desde el año pasado en las iglesias particulares durante la solemnidad de Cristo Rey.

En relación al tema de la JMJ, "María se levantó y partió sin demora", Francisco invitó a descubrir en la Virgen "el secreto para mantenerse joven" que está, precisamente "en esos dos verbos, levantarse y partir".

"Me gusta pensar en que la Virgen sale deprisa, que iba deprisa. Muchas veces la rezo para que se dé prisa en resolver los problemas", afirmó Francisco.

También invitó, siguiendo su ejemplo, a "levantarse y no quedarse quietos pensando en uno mismo, sino en salir de los propios miedos y ponerse en camino para tender la mano a quienes lo necesitan".

"Hoy hacen falta jóvenes realmente transgresores, no conformistas, que no sean esclavos del móvil, sino que cambien el mundo como María, llevando a Jesús a los demás, realizando sueños de paz. Este tiempo vive una carestía de paz", afirmó antes de referirse a "la martirizada Ucrania".

Antes de concluir, Francisco elevó sus oraciones y pidió las de los fieles por las familias de los fallecidos y las víctimas del campo de refugiados en Gaza, especialmente por los niños. Se calcula que el incendio que tuvo lugar en el campo de Jabalia el pasado jueves 17 de noviembre dejó al menos 21 fallecidos.

"Que el Señor reciba a quienes han perdido la vida y consuele a la población", rezó.

Francisco concluyó su breve comentario encomendando "a la Reina de la Paz" a las familias, enfermos y cada uno de los presentes en la catedral.