La Virgen María es un icono, a la vez, de la virginidad, del matrimonio y de la maternidad; lo es del anhelo de Dios y de la misma Iglesia, la Esposa de Cristo.

Las simbologías se acumulan fértilmente en ella, como explicó Christopher West el 1 y 2 de julio de 2019 ante unas 360 personas que habían pagado para inscribirse en en la Universidad Francisco de Vitoria en el encuentro “El Gozo de la Belleza”. 

Christopher West es el mayor divulgador de la Teología del Cuerpo desde su TOB Instituteen EEUU y en España colabora con el Instituto Desarrollo y Persona. Muchas de las enseñanzas de esa jornada se pueden encontrar en su libro “Llena estos corazones: Dios, sexo y el anhelo universal (Sindéresis).

El caso de la Virgen de Guadalupe

El icono mexicano de la Virgen de Guadalupe, “emperatriz de las Américas”, es un símbolo provida poderoso, el símbolo cristiano de la Cultura de la Vida que vence a una cultura de la muerte y de sacrificios humanos.

La cultura azteca era una cultura de violencia y sexo desordenado…como la nuestra”, explicó West, señalando la imagen de Guadalupe. “En la imagen hay signos que en la escritura y simbología azteca se leían: “virgen”, “embarazada de divinidad”, “río que fluye/cultura que prospera”.

La alternativa era mantener la vieja cultura azteca que es como la nuestra: un placer sexual desordenado que no deja pasar la vida y lleva al sacrificio humano del aborto. “El sexo ¡trata de la vida! Y cuando lo retuerces para que no de vida, toda la vida gira alrededor del sexo estéril… y termina atrayendo la muerte”, avisó West.

“Cristo viene al mundo a través de María, no viene de otra manera”, insistió.

La anti-María: sexo estéril, belleza hueca

Si hay un combate entre el Evangelio y el Anti-evangelio (Karol Wojtyla escribía sobre eso en 1976, dos años antes de ser Papa) también lo hay “entre María y la anti-María”, avisó West. “En la Biblia tenemos a la Mujer Vestida de Sol, que es la Embarazada que da a luz; y tenemos la Ramera de Babilonia, que seduce a las naciones con su belleza. La belleza puede usarse de manera muy desordenada, para seducirte hacia la muerte, mientras que María usa la belleza para llevarte hacia la luz”.

“El demonio solo puede hacer corrupciones e imitaciones deformadas. Así, la Ramera de Babilonia elige la esterilidad como algo bueno. La Mujer Vestida de Sol está embarazada, mientras que la Ramera usa el placer sin el fruto. Cualquiera de nosotros, cada vez que clicamos en pornografía, estamos sirviendo a la Ramera, seducida por ella. ¿Cómo evitarlo? Debemos dejar que María, que es la mujer perfecta que realmente buscamos, nos guíe. A través de ella viene Dios. Dios viene a nosotros a través del cuerpo de la mujer”, fue elaborando West.

María sanadora: “Te mostraré lo que de verdad buscas”

Christopher West reveló una experiencia de sanación interior gracias a la Virgen María que vivió recientemente, en noviembre de 2018.

Recordó una experiencia vergonzosa que vivió a los 14 años: intentaba quedar con una chica en el parque, por razones egoístas, pero ella le rechazó. “Volví a sentir esa vergüenza de cuando tenía 14 años. Y sentí una voz femenina, hermosa, la de Ella, y me dijo “Christopher, yo te encontraré en ese parque, y si me dejas que te lleve conmigo, te mostraré lo que de verdad buscas.” Y me asustó. Pero creía que era María y podía confiar en ella”.

“Y en oración, durante 5 meses, me fue mostrando mis experiencias malas de esa época, en ese parque. La Virgen tomaba esos recuerdos y los desarrugaba. Había allí unas rosas. Y María me decía, por cada recuerdo herido, ‘vamos a ver las rosas’, y allí veía el Misterio: Dios en su vientre. Era lo que yo buscaba de verdad: ser un niño en el vientre de María, ser regenerado en su vientre. ¿Es posible para un hombre volver al vientre de su madre?, le preguntan a Cristo. Cristo no dice que no, sino que eleva el tema. ¡Todos podemos volver a ese vientre materno de María donde ser regenerados!”

Porque, ¿qué es el Cielo? “Pasamos 9 meses intentando salir del vientre de la madre, y el resto de la vida tratando de volver, porque queremos ‘volver a casa’. Nacer es dramático: frío, luces, experiencias raras, ¡claro que los bebés lloran al nacer! Hay un deseo profundo de volver. Es el deseo de Cielo: la morada con Dios. Y el cielo en la tierra es el vientre materno”.

María, caja dorada… sin reverencia, ¡quema!

En las letanías del Rosario se recogen dos símbolos de la Biblia: “Casa de oro” “Arca de la Alianza”. Ambas se refieren a María, pero también a lo sagrado femenino, a un poder de Dios purísimo que debe tratarse con reverencia, porque de ese poder viene la vida.

“El Arca era una caja dorada y es un símbolo del Arca de la Nueva Alianza, es decir, de María. La Palabra, que es Jesús, se hace carne en la Nueva Alianza, en María. En el Antiguo Testamento vemos que los que tocan el Arca sin reverencia caen muertos. Pero los que la reverencian florecen”.

David, como un novio, se acerca con reverencia, temor y temblor, al
objeto del deseo, fascinantes, la caja dorada, la Novia de
la que ha de salir vida verdadera (Richard Gere en “King David”, 1985)

West indicaba, de distintas maneras, que también nosotros, en nuestra vida terrenal y cotidiana, debemos entender que hay que tratar con absoluta reverencia a la mujer, su poder de acoger la vida, lo sagrado femenino…

David se desnuda ante el Arca

Otro símbolo poderoso se lee en la escena en que David entiende el poder del Arca y la necesidad de volcarse en ella con reverencia. “Pidió el don de la reverencia y el Espíritu Santo le dio don de reverencia. Y David manifestó su reverencia quitándose la ropa y danzando con gozo ante el Arca”.

Hay un elemento esponsal: uno se desnuda para unirse a su cónyuge. En el texto vemos que Mikal, la esposa de David, se siente celosa, se enfada. Hay una parte del alma que se entrega locamente solo a Dios, no al cónyuge terrenal: una persona mundana puede no entenderlo y ponerse celosa.

También hay una conexión con San José, el heredero de David siglos después. Tenía miedo de traer a María-Arca a su casa. Fue necesaria la intervención de un ángel: “José, no tengas miedo de traer a María a tu casa. Tendrá un niño, Jesús, Dios salva; Dios te salva, no temas”, viene a decirle el ángel.

Christopher West, muy expresivo en su presentación en la Universidad
Francisco de Vitoria; de fondo, el "Éxtasis de Santa Teresa", de Bernini

¿Cuál es “el gozo de la belleza”?

El encuentro de West en la Universidad Francisco de Vitoria se titulaba “El gozo de la belleza”. ¿A qué se refería?

Recordando a María como Hija de Sión, símbolo del pueblo de Dios que danza de alegría ante su creador (“danza con júbilo, hija de Sión”, insiste el profeta Sofonías), West insistió: “toda la verdadera devoción a María debe verse a la luz de la danza de David ante el Arca, debemos aprender a danzar ante su belleza”.

“El gozo de la belleza es que Dios se hizo carne en la Virgen”, añadió. En Ella, que es una de nosotros, Dios es Dios con nosotros, el Dios más cercano.

(Publicado originariamente aquí en el portal de noticias marianas CariFilii.es)