Las diversas estadísticas sobre religiosidad infantil y adolescente (Metadigma 2008, Instituto de la Juventud 2008, Fundación Santa María, etc...) dicen que de los niños de 6 a 11 años, el 80% se consideran cristianos y el 40% va a misa semanal, mientras que entre los 12 y 13 años ya solo el 60% se considera cristiano y apenas el 20% va a la iglesia, y con 14 y 15 años sólo cree en Dios un 25% y apenas un 17% va a la iglesia semanalmente.

Por lo tanto, el mayor alejamiento de la fe en España se da entre los 10 y 14 años, después de la Primera Comunión y cuando pasan de la enseñanza básica a la secundaria. Es una etapa crítica.


Para estas edades, la Conferencia Episcopal está preparando un nuevo catecismo pre-adolescente, que ayer anunció Juan Antonio Martínez Camino, secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal. El texto probablemente se analice en otoño y sea aprobado en noviembre por la Plenaria de los obispos.

"El catecismo infantil Jesús es el Señor, aprobado en 2008, se ha difundido mucho. Este nuevo catecismo, para la edad que va de los 10 a 14 años, sigue un modelo semejante, profundiza más en la parte ética, es una síntesis de liturgia y oración, y sigue al Catecismo de la Iglesia Católica con otra estructura", afirma Martínez Camino.


"Son instrumentos ordinarios de la iniciación cristiana, aunque es evidente que lo más importante es la vida familiar y parroquial. El catecismo ayuda a memorizar las fórmulas de la fe, preguntas y respuestas, saber quién es el Dios en el que creo, al que me adhiero... El Papa, en su reciente documento Porta Fidei, pide que se elaboren catecismo adaptados. Querríamos que estuviera listo de cara a este Año de la Fe", explica el portavoz de la Conferencia Episcopal.

Además, recuerda que un catecismo así beneficia a toda la sociedad, no sólo a los creyentes. "Si lo hacemos bien, tendrá repercusión social, porque formar a los jóvenes para la justicia social, la caridad y la solidaridad es una aportación de valor incalculable", afirmó.

Martínez Camino explicó que la Iglesia, "a todos los niveles", intenta responder al alejamiento de la fe de muchos jóvenes "con programas de Nueva Evangelización, y con una conciencia de Nueva Evangelización", concepto que Juan Pablo II definió como "nuevos métodos, nuevo lenguaje, nuevo ardor" (aunque Martínez Camino no recordó esta definición en su presentación a los medios). Un ejemplo, según el obispo, sería el éxito de la JMJ. En esta línea, la Iglesia española también prepara un Congreso de Pastoral Juvenil, que aún no tiene fechas.

"Hay una juventud empeñada en evangelizar ella misma, son muchos, buenos, y muestran con gozo, alegría y competencia que son católicos. Nos empeñaremos en que ningún joven quede sin conocer a Cristo, que todos puedan tenerlo en su vida".