A la polémica sobre el coste originado por la presencia de Benedicto XVI responden los obispos alemanes que restan importancia al asunto: "Libertad de opinión para todos"


Una señal para "dar fuerza y coraje" dirigida a la Iglesia Alemana que atraviesa "una fase difícil". Es la esperanza que el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y Arzobispo de Friburgo, Robert Zollitsch, tiene para la primera visita oficial de Benedicto XVI a su país natal en programa del 22 al 25 de septiembre. Dicho viaje "tiene lugar en el momento justo para dar fuerza a los hermanos y hermanas en Alemania", ha dicho Zollitsch durante una rueda de prensa en Berlín.


El jefe de los obispos alemanes ha expresado su rechazo a las críticas realizadas al coste originado por la visita, que para la Iglesia alemana pueden oscilar entre los 25 y los 30 millones de euros, como ha comunicado el coordinador general del viaje, el padre Hans Langendörfer. 3,5 millones se gastarán sólo en Berlín. De ellos, 400.000 euros han sido invertidos en un altar que será usado durante la misa que será celebrada por Benedicto XVI en el Estadio Olímpico. A estos costes hay que añadir los que serán originados para la seguridad, de los cuales se hará cargo la República Federal Alemana, ya que esta visita del Pontífice a Alemania es una visita oficial, ha sido invitado por el presidente Christian Wulff.


Los costes, son justificables para la Iglesia Alemana, ya que "una fiesta de fe que contará con la participación de 250.000 personas con cinco eventos diferentes y que dura cuatro días también cuesta dinero", ha recordado Zollitsch. "No disminuiremos los fondos destinados al Tercer Mundo a causa de la visita del papa a Alemania", ha añadido, anunciando también la creación de un "Fondo Benedicto" creado a posta para ayudar a la población afectada por la carestía en el Cuerno de África. Sobre la dotación del fondo, en el que irá a parar el dinero recogido en las colectas y no sólo, Zollitsch no ha dicho nada: "no hemos fijado una cifra específica".


El jefe de la Conferencia Episcopal Alemana luego ha hablado de las protestas que han sido anunciadas dentro y fuera del Bundestag con ocasión del discurso del Papa a los diputados alemanes, previsto para el 22 de septiembre. Lo siento mucho por las protestas, pero el Pontífice "no se dejará impresionar", ha explicado.

En Berlín, la intervención de Benedicto XVI ante el Bundestag se percibe en parte como "problemática" pero miramos las protestas "con tranquilidad, ya que vivimos en un país en el que reina la libertad de opinión", ha hecho notar el arzobispo de la capital alemana, Rainer Maria Woelki. Sería mejor escuchar lo que el Papa tiene que decir antes del criticarlo, ha añadido. Lo importante es que las manifestaciones sean pacíficas y que "no se produzcan enfrentamientos como sucedió en España", ha explicado el coordinador Langendörfer en su encuentro con la prensa en Berlín.


Respecto al contenido del esperado discurso ante el Bundestag, Zollitsch ha hecho referencia a una serie de posibles temas generales: la idea de Europa y el papel de Alemania como motor de integración europea, además de las relaciones entre Estado y Religión. En cambio, parece improbable que durante la visita se vaya a afrontar un tema bastante candente en Alemania: la exclusión de los divorciados de la comunión. Existe todavía la posibilidad de hablar sobre algunos puntos, "no queremos que se hable de este asunto en las calendas griegas, pero necesitamos tiempo para resolverlo de manera seria", ha sostenido Zollitsch en una entrevista concedida el 7 de septiembre al diario Die Welt.

Todavía no está claro si el Pontífice verá a algunas de las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes y miembros de órdenes religiosas, un tema que en el último año ha concentrado el interés del mundo católico y no solamente en Alemania. Durante las anteriores visitas se han desarrollado encuentros muy discretos con las víctimas, por lo cual se podría pensar que esto suceda también el la República Federal, mero de momento no hay ninguna información que podamos comunicar al respecto, ha precisado Langendörfer.


También ha hecho una revelación sobre un detalle que en Alemania ha despertado cierto interés: La entrevista entre el Papa y el excanciller cristiano-demócrata Helmut Kohl. Fue el Pontífice, quién, cuando se iniciaron los preparativos de la visita, expresó el deseo de encontrar a Kohl, ha dicho Langendörfer.


En total, para los cinco acontecimiento públicos en Berlín, Turingia (en el Este de Alemania) y Friburgo, hay casi 245.000 personas inscritas. De ellas, más de 70.000 ocuparán un puesto en el Estadio Olímpico de Berlín, que estará lleno. De los países del extranjero llegarán 6.000 personas. Los más numerosos serán los franceses, con casi 2.500 fieles, que se concentrarán sobre todo en Friburgo, seguidos por los polacos (1.800, elegirán la mayor parte de ellos Berlín) y los italianos (1.200, la mayor parte de ellos irá a Friburgo, muchos optarán por Berlín, y pocos han elegido las citas de Turingia). Para la visita se usarán 620 kilómetros de cable y se pondrán 7.500 bombillas. Ya han sido preparadas, además, 2.500 hostias.