Las convicciones religiosas están repartidas entre los jugadores de fútbol como en el resto de la sociedad.

El brasileño Kaká es, en los tiempos recientes, el que más célebre se ha hecho por las suyas -es cristiano evangélico-, y luciendo sobre el terreno de juego, para celebrar las victorias, la camiseta «I belong to Jesus [Pertenezco a Jesús]».

Otros, como Carles Puyol, lo hacen más discretamente, según revelaba recientemente Rafa Cervera en ReL. También es católico practicante y militante, junto a toda su familia, uno de los jugadores estrella de la selección norteamericana, Oguchi Onyegu, actualmente en las filas del Milan.

La organización del Campeonato del Mundo de Suráfrica quiere evitar que los jugadores hagan ostentación de su Fe, y se han dictado normas severas al respecto. Pero eso no va a evitar que los futbolistas salgan al terreno de juego encomendándose a Dios.

Y lo hace la mayoría. En concreto, le han preguntado por la selección española a Don Daniel Antolín, capellán del Atlético de Madrid y que ha estado muy presente en los medios recientemente tras decir la misa del centenario de la Federación Española de Fútbol y oficiar los funerales del ex presidente Pablo Porta.

Anna-Patrice Bitong, de la agencia Catholic News Service, le interrogó al respecto y recoge sus palabras, en el sentido de que la mayoría de los jugadores de la selección española rezan antes de los partidos y calman sus nervios evocando las oraciones católicas.

Sin embargo, no van a misa juntos ni rezan juntos. Las cosas no son como antes, y según el pater el equipo está «descristianizado» y sus jugadores son «notablemente menos religiosos que los jugadores de las generaciones pasadas». Aún es frecuente que muchos se santigüen al pisar el césped, pero «estamos perdiendo nuestra tradición religiosa», afirma el padre Antolín.