En entrevista concedida a L’Osservatore Romano, el también Primado de Bélgica comentó que buscar las causas de estos crímenes «siempre es difícil. Sin embargo, estoy convencido de que no es correcto dirigir estos acontecimientos desviados hacia el celibato de los sacerdotes», informa ACI.
 
«Sobre todo –continuó– porque cada uno de nosotros sabe bien que los abusos sexuales contra menores suceden principalmente entre las paredes domésticas, en la familia. Creo que a nadie se le puede ocurrir, por ello, acusar al matrimonio como una fuente de desequilibrio mental para estos actos».
 
El problema está, prosiguió, «en el desarrollo personal del individuo. Es una razón más para concentrarnos en la formación del sacerdote. Hace falta estar muy atentos al equilibrio del candidato al sacerdocio».
 
Monseñor Leonard dijo luego que sobre este aspecto de los candidatos al sacerdocio y para evitar futuros casos de abusos, «nos concentraremos mucho más en este aspecto específico de la formación, comenzando por el discernimiento. Buscamos reforzar el equipo de acompañamiento que, sobre todo en los primeros años, afianzan a los aspirantes al sacerdocio, buscan entender más a fondo su índole, sus personalidades, su equilibro. Pero, repito, el celibato no es fuente de desequilibrio para el sacerdote sino fuente de gracia».
 
Luego de explicar extensamente todos los trabajos que se hacen en Bélgica para evitar casos de abusos sexuales como el que llevó a renunciar a un obispo hace unos días, el Prelado se refirió a las víctimas de estos crímenes y dijo que «muchos denuncian o protestan por hechos que han sucedido hace 40 o incluso 50 años. Pero siguiendo el modo de actuar de la misma Conferencia Episcopal que se ha recomendado en todo el país, se invita a las víctimas, verdaderas o presuntas, a dirigirse inmediatamente a la autoridad judicial para denunciar el hecho».
 
Resaltando la política de tolerancia cero del Episcopado, el Arzobispo de Bruselas indicó que «es muy importante que las víctimas sean escuchadas. Pero deben denunciar el hecho a la justicia. Lo aconsejamos (…). Es algo que siempre hemos favorecido, pero que ahora consideremos imprescindible».