Casi un 50 por ciento de la población española acepta la exhibición de signos religiosos cristianos, como las cruces, en centros educativos, frente a un 24 por ciento que se muestra en desacuerdo. Este porcentaje de aprobación de signos religiosos desciende al 28,1 por ciento en relación a la aceptación de exhibir velos -un porcentaje similar al de las kipás- frente al casi 50 por ciento que lo desaprueban, según se desprende de los resultados de un encuesta hecha pública este martes.
 
Así, el estudio de la Fundación BBVA sobre identidad, visión y valores de los europeos, «European Mindset» -que ha realizado una encuesta en doce países de la UE más Suiza y Turquía-, señala que en los países de la Unión el rechazo a la exhibición de velos asciende al 52,6 por ciento, frente a la aceptación de un 54,4 por ciento de la exhibición de cruces en centros educativos, informa EP.
 
Según este estudio, la religión hoy continúa siendo un eje diferenciador en Europa, por lo que los valores religiosos continúan constituyendo marcos de referencia clave con incidencia en las actitudes hacia diferentes dominios, como los principios éticos o la estructura familiar. En este contexto, se concluye que la exhibición (en centros educativos) de signos religiosos como los velos o la kipá es rechazada por la mayoría de los europeos, la exhibición de cruces no genera demasiada controversia.
 
El director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, afirmó durante la presentación del estudio que «hay signos religiosos externos que ya forman parte de la cultura de diferentes sociedades (...), se aceptan mayoritariamente los signos de religión cristiana».
 
Por otro lado, la mayoría europea (un 68 por ciento) declara que pertenece a alguna religión y, más allá de la pertenencia, el nivel de vinculación con la religión es muy variable (la media se sitúa en los cinco puntos de un total de diez). España se sitúa en una posición intermedia con un nivel de religiosidad (práctica de la religión) medio bajo, no así de pertenencia religiosa, que permanece siendo elevado (en España casi un 72 por ciento, siete de cada diez españoles, se declara perteneciente a alguna religión).
 
Respecto a las prácticas que involucran la dimensión moral, el hecho de vivir en pareja sin casarse, el divorcio y ser padre o madre solteros son situaciones ampliamente aceptadas en prácticamente en todos los países excepto en Turquía. En relación a la eutanasia, la media europea de aceptación es de un 6,3 (sobre diez) -una cifra que supera España, con un 6,8-.
 
Esta cifra varía bastante respecto a la pregunta de si es aceptable o no el aborto, aceptable para un 5,2 (también sobre diez) de los países de la UE. En España, esta pregunta muestra profunda división ya que la puntuación desciende a un 5,1, aunque esta cuestión sólo supera los seis puntos en Francia (6,3), Bélgica (6,5), Suecia (8,2) y Dinamarca (8,6), y se queda entre cinco o menos Bulgaria (5,8), Portugal y Suiza (5,1), y suspende para el resto: Reino Unido (4,9), Italia (4,7), Grecia (3,7) y Polonia (3,6).
 
Otras prácticas que también suscitan división de opiniones en España son las madres de alquiler (4,5) frente a la opinión media de los países de la UE (4,6); el matrimonio entre personas del mismo sexo, que en España se sitúa en un 5,7 aunque en la UE desciende al 4,2: la adopción de un niño por parte de parejas homosexuales, en España un 5,3 y en la UE un 3,9; o que una pareja homosexual recurra a donantes de semen u óvulos, en España un 5 y en la UE un 3,6.
 
Para sus ciudadanos, Europa se caracteriza por rasgos y valores como la democracia, los valores cristianos, el respeto a los Derechos Humanos, el pacifismo y atributos asociados al estado de bienestar (acceso a la educación y a la sanidad, entre otros). Por contra, los españoles creen en mayor medida que la media que Europa se caracteriza por el pacifismo y por el acceso a los servicios sociales y, en menor medida que la media, por los valores cristianos.
 
En todos los países existe un acuerdo de que la religión y el Estado deben estar separados -es una cuestión central de la arquitectura institucional que alcanza un alto consenso entre los europeos y que en Turquía alcanza una puntuación de 8,9 sobre diez-, pero sí hay diferencias sobre cómo debe ser esta relación. Así, Bulgaria y Grecia indican, con un 6,8 y un 7,3, respectivamente, que, incluso si la Iglesia y Estado están separados, el Estado debe apoyar la religión.
 
El estudio ha sido realizado entre 21.000 ciudadanos (1.500 casos en cada uno de los 14 países) mediante encuestas cara a cara, con un error muestral de más menos 2,6 por ciento.