El senador socialista Roberto Lertxundi Barañano es también el fundador y presidente del principal abortorio del País Vasco. Estadoble circunstancia ha llevado a la plataforma Derecho a Vivir a movilizar a sus simpatizantes para pedir al presidente del Senado, Javier rojo, que Lertxundi se abstenga en la votación sobre  la ley del aborto que tendrá lugar el miércoles.

Se da la circunstancia de que la aritmética senatorial divide prácticamente en dos mitades los votos favorables y contrarios a dicha legislación, y ésta podría decidirse por un solo voto.

Siendo Lertxundi beneficiaro de la nueva normativa, la portavoz de Derecho a Vivir, Gador Joya, ha calificado de «éticamente inaceptable que un empresario del aborto pueda decidir sobre el futuro de su negocio. Es aberrante la sola posibilidad de que alguien que se enriquece con el aborto tenga en sus manos el poder de decidir sobre la vida de cientos de miles de seres humanos y la salud de las mujeres, nada menos que en la cámara de la soberanía nacional».

La asociación HazteOir.org, matriz de la plataforma Derecho a Vivir, ha activado una de sus «alertas ciudadanas» en la que le pide al presidente del senado, Javier Rojo, que invite «al senador Lertxundi, desde la Mesa del Senado, a que se ausente durante la votación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, en aras de la legitimidad de la decisión cameral y de la credibilidad de nuestro sistema parlamentario. En el senador Lertxundi concurre la doble condición de político del Grupo promotor del proyecto de ley y profesional del aborto». 

Esta petición se puede secundar aquí.


En la génesis de la nueva legislación sobre aborto, está la presión que la patronal del aborto (ACAI) ha ejercido sobre el gobierno desde que se destapara el escándalo de las prácticas supuestamente delictivas que se realizaban en los abortorios propiedad de Carlos Morín en Barcelona. Desde entonces, y enarbolando la seguridad jurídica de los médicos, la ministra de Igualdad puso en marcha la maquinaria social que ha despertado un movimiento ciudadano pro vida nunca visto hasta entonces en España.

Las manifestaciones de marzo y octubre del pasado año, así como la que se va a celebrar el próximo 7 de marzo en decenas de ciudades de toda España, Europa e Iberoamérica, dan muestra de ello.