El cardenal de Boston, Sean O´Malley, considera que la mejor forma de poner coto a la controversia sobre la negación del acceso a la Sagrada comunión a aquellos políticos bautizados católicos que fomenten directa o indirectamente el aborto es «un cambio en la ley canónica de la Iglesia o una directriz oficial del Santo Padre». Sólo estas dos alternativas podrían constuituirse a su juicio como la vía en la que la negación de la comunión funcionaría.

«Creo que la única vía por la que esa solución (la de negar la comunión) puede ser invocada es si hubiera una extensa catequesis o si esto fuera universal», porque a su juicio no es razonable que se haga una cosa en una parroquia y en otra lo contrario, según recoge Life Site News.

De hecho, los propios obispos americanos, que se han entregado al estudio de este problema durante años, no han sido capaces de dar unas directrices muy consensuadas, mientras que muchos católicos continúan protestando porque los políticos a los que concierne esta polémica sigan comulgando.

Esta división, a juicio de O´Malley, sólo lleva al «escándalo y a socavar la autoridad de los obispos».