Actualmente, la ecuatoriana Amparo Medina, de 43 años, madre de 3 hijos y presidenta de la Red Pro Vida de Ecuador, lucha en contra del aborto y de las Leyes de Salud Sexual y Reproductiva que promueven los gobiernos en los países de Hispanoamérica. En una visita por Paraguay ofreció su testimonio.

- ¿Cómo decidió dejar de lado la lucha a favor las campañas pro aborto y empezar a luchar por la vida?
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Hubo tres momentos. El primero fue después de ver los resultados de la campaña que estábamos realizando. Los resultados fueron desastrosos. La metodología no funcionaba: de las 49 millones de personas oficialmente enfermas de sida, más de la mitad afirmaba haber usado correctamente preservativo. Cuando ves esa realidad y sigues entregando preservativo a los jóvenes y se siguen enfermando te preguntas: «¿Cuántas víctimas voy a tener bajo mi conciencia?». Eres atea pero tienes conciencia humana. Lo siguiente fue cuando me enfrenté directamente al aborto a través de una amiga mía muy querida que experimenta esa realidad y se derrumba totalmente, terminando con un síndrome posaborto muy fuerte. El tercer momento, me veo enfrentada directamente a una experiencia de Dios, a pesar de ser atea.

- ¿Por qué cree que esas organizaciones quieren imponer la Ley de Salud Sexual y Reproductiva en Hispanoamérica?
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Hay tres fines fundamentales. El primero es el control natal. Les permite el manejo de recursos en Hispanoamérica, tanto del agua cómo el oxígeno. Lo segundo, es que una población con chicos que viven la sexualidad como si fueran animalitos, que no tienen control sobre su carácter, es una población fácil de manipular. El tercer punto, el más importante, es el avance del "millon sex" (los millones del sexo). Es una empresa gigantesca. Al vender sexo te venden pornografía, prostitución, anticoncepción, aborto, y hasta bebés abortados, inclusive por internet, para sacarles el colágeno con los que elaboran cremas y champú; también para hacer investigaciones en farmacéuticas. Varios médicos se vuelven millonarios vendiendo y haciendo abortos. El aborto más barato cuesta US$ 60. En Estados Unidos se realizan más de 1 millón de abortos al año y cuestan US$ 300 cada uno. La pastilla de emergencia la compras a US$ 0,25 y la vendes a US$ 8. Los dispositivos intrauterinos (DIU) los puedes encontrar a US$ 2 o 3 y te ponen por US$ 25 a 30. La International Planned Parenthood Federation (IPPF), la que más vende anticoncepción y aborto en Hispanoamérica, en el 2007 ganó US$ 77 millones.

- ¿Qué piensa respecto a que el Estado debe ser laico y no tiene que tomar en cuenta las opiniones de las iglesias a la hora de decidir sobre leyes de educación sexual?
- Primero que nada, ser laico no quiere decir ser ateo. Ser laico quiere decir que estás abierto a todas las creencias y posiciones de las personas en el momento de presidir. Cuando dicen eso le están quitando el derecho a la humanidad, porque los miles y millones de personas que nos conmovimos cuando las torres gemelas fueron enturbiadas, y veíamos como la gente se tiraba por las ventanas y nos dolía porque había personas que estaban ahí. No nos dolía porque éramos católicos o ateos, nos dolía porque éramos seres humanos. Lo que hacemos es defender la raza humana. Si en este momento alguien viene con un niño y le quiere cortar en pedazos, la reacción del más ateo será querer defender a ese niño, de lo contrario deja de ser humano.

- ¿Qué tipo de leyes es la que tendrían que promover los gobiernos?
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Primero deben generar propuestas que mejoren la calidad educativa de nuestros países. El nivel educativo está en un promedio de 3 o 4 sobre diez. Las matemáticas y la lecto escritura no están bien impartidas. Entonces, si nuestros niños no aprenden a leer ni a escribir correctamente sería una ignorancia pedir que los mismos maestros, que ni siquiera están bien instruidos, enseñen a los chicos a usar anticonceptivos, que lo único que van a hacer es matarlos. Segundo, establecer políticas de salud, donde se creen más maternidades y espacios donde los chicos sepan lo que son las enfermedades de transmisión sexual. Que se diga la verdad, que se les diga que existen 55 tipos de enfermedades de transmisión sexual en el ambiente. Que las enfermedades de transmisión sexual no tienen que ver con el uso de preservativo solamente, porque hay enfermedades que se transmiten piel a piel, como el virus del papiloma humano que causa cáncer de útero. Que la clamidia es una enfermedad incurable que te deja estéril para toda tu vida. Eso es lo que le tienen que decir y no: "Ten sexo libremente". Finalmente, lo más importante dentro de las políticas es apoyar a las familias, es decir, que las familias grandes puedan tener, por ejemplo, rescisión de impuestos, sistemas accesibles de compras de casas, o sea, apoyarlas.

- ¿Cómo ve el retorno de izquierdas en el continente?
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El socialismo del siglo XXI es el típico discurso del que vive, come y gana como la derecha, pero habla el discurso de izquierda, y de izquierda no tiene absolutamente nada. Fijate la incoherencia, porque son los famosos revolucionarios que están en contra del imperio y están trabajando para el imperio de las Naciones Unidas, legalizando el aborto y estas leyes de salud sexual y reproductiva.

- Haciendo una comparación entre la militancia que hace ahora y la que hacía antes, ¿qué puede decir?
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En la militancia del aborto solo vi muerte, jamás vi una mujer feliz entrar o salir de una clínica de esas. Yo pedía a las mujeres que aborten porque les decía que era su derecho. Para abortar existen miles de pretextos, la pobreza, tu felicidad, que ya tienes muchos hijos, que eres joven.

- ¿Ahora qué responde ante esos pretextos?
- Ninguna mujer que ha abortado sale con un título o con un cheque para solucionar sus problemas. Ninguna, después de abortar, puede encontrar un hombre o la felicidad en la puerta del abortuario. Lo único que puede causar el aborto es empeorar tu situación. Lo más cruel que uno puede decir es que matando a su hijo la mujer puede solucionar sus problemas. Eso es mentira. Después de abortar, ¿vas a ser millonario? Hay mujeres, de 40 o 50 años que han abortado y hoy gritan al cielo un hijo. Tienen llenas sus paredes de títulos pero no pueden tener niños. Tenemos un batallón de voluntarios en toda América Latina, en las puertas de un abortuario informando y prestando ayuda a las mujeres. El resultado es que más 200 mil niños, en estos 8 años de trabajo, han sido salvados del aborto. Solamente en Ecuador, en estos últimos años hemos salvado a 2000 niños, solamente estando en las puertas y dándoles una mano.


Tras su paso por Paraguay, Medina señaló que está admirada por el trabajo que desarrolla lo que llama el imperio de la muerte, en los países de Hispanoamérica. «Las leyes y la metodología que utilizan son las mismas, también el sistema educativo y la forma en que los políticos tratan de legalizar la ley de salud sexual y reproductiva, el aborto y la pastilla de emergencia», señaló.

Agregó que ante el acercamiento de un aniversario más de Beijing, donde en 1995 se había realizado la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, organizada por la ONU, representantes de 189 gobiernos, entre ellos Paraguay, se comprometieron a tomar medidas de acción a favor de las mujeres, entre ellas, la creación de leyes de salud sexual y reproductiva para sus países. «Los gobiernos enviaron miles de millones de dólares para legalizar el aborto, a través de la creación de la Ley de Salud Sexual. Están apurados porque tienen que dar informes y resultados por los millones que han recibido y no hay resultados positivos», dijo. Añadió que trabajaron bastante, pero gracias a la lucha de gente comprometida con la vida no se logró su legalización.