Acaba de cumplir los 95 años y no ha cambiado mucho, salvo en el aspecto físico, cuyo deterioro es, por otra parte, inevitable. Pero no se aleja mucho de quien dirigía el Partido Comunista. Y hace gala de ello: «Sigo siendo el mismo», asegura.

Y lo corrobora con sus palabras, hoy en el informativo matinal de Telecinco: «La actitud de una parte mayoritaria de los obispos se parece mucho» a lo que ocurría en 1936, pero con una salvedad, a su juicio: «No hay un Ejército preparado ni dispuesto para sublevarse». Eso sí, continúa, «la agresividad y la dureza de la oposición es igual ahora que en el pasado».


Carrillo ha señalado que su valoración general del presidente Rodríguez Zapatero es que «lo hace bien» y que es la «derecha» la que quiere «hacer pagar la crisis a los sectores más débiles del país, fundamentalmente a los trabajadores».


Acercándose a la centena de años, Carrillo se ha mostrado más preocupado «por el futuro que por el pasado» y asegura que no les cuenta «batallitas» a sus nietos y que no tiene miedo a la muerte porque «es inevitable y hay que aceptarla».