La decisión obedece a los supuestos vínculos del detenido con la red terrorista Al Qaeda y a un fallo anterior del Tribunal Supremo de Dinamarca, en el que se establece que un intento de asesinato de Westergaard debe ser entendido como atentado terrorista en sentido jurídico, según explicó Marian Thomsen, fiscal de la Policía danesa.
 
Los servicios secretos daneses, PET, ya habían informado al día siguiente de su detención de sus sospechas sobre el agresor, a quien relacionan con la red terrorista Al Qaeda y con la milicia somalí islámica Al-Shabab.
 
La aplicación de la ley antiterrorista, que llega a establecer penas de cadena perpetua según la gravedad de los hechos, aumentaría de forma considerable la pena en una hipotética condena.
 
El juez había decretado inicialmente prisión preventiva en régimen de aislamiento hasta el día 27 bajo la sospecha de doble intento de asesinato de Westergaard y de uno de los policías que participó en la detención.
Aparte de esos cargos y del de terrorismo, el somalí, que se declaró inocente en su comparecencia ante el juez, ha sido acusado de agredir a otro agente y de violar la ley sobre posesión de armas.
 
El sospechoso entró en la casa de Westergaard, a las afueras de la ciudad de Aarhus, el pasado día 1 por la noche, armado con un hacha y un cuchillo, mientras profería gritos en un danés entrecortado, en el que el caricaturista alcanzó a distinguir algunas palabras como «sangre» y «venganza». Según el relato policial, el dibujante logró refugiarse en un baño que tiene convertido en búnker de seguridad desde que empezó a recibir amenazas contra su vida.
Desde el baño, Westergaard llamó a la policía, mientras el somalí intentaba romper la puerta y profería amenazas en danés. Al llegar la Policía, el agresor atacó a los agentes, que respondieron con disparos y le hirieron en una pierna y en una mano.
 
Desde septiembre de 2005, cuando se publicaron las caricaturas de Mahoma en el diario «Jyllands-Posten», Westergaard ha sido objeto de amenazas de muerte y de varios intentos de atentado, y vive bajo protección policial. Las viñetas del diario danés, entre las que figura una de Westergaard caracterizando a Mahoma con una bomba en su turbante, provocaron meses después fuertes protestas en el mundo islámico, con disturbios en varios países que costaron la vida a 150 personas y un boicot a productos daneses.