Publicar en español La Revolución Sexual Global ha costado 10 años y otras editoriales no se atrevieron, pero este jueves por fin su autora, Gabriele Kuby, pudo presentar en Madrid este libro. 

En él ofrece una radiografía de cómo la ideología de género y la locura de una sociedad hipersexualizada se ha implantado en Occidente y como va a seguir creciendo acallando a los disidentes y recortando con multas y represalias la libertad de expresión, investigación y pensamiento. 

Para Gabriele Kuby, criada en una familia marxista y militante de esta ideología en su juventud, la Revolución Sexual ha desembocado en un nuevo totalitarismo, que se implanta amedrentando e incluso multando o persiguiendo a sus detractores.


Comenzó su conferencia este jueves en en la «Fundación Rafael del Pino» relatando algo que le pasa con bastante frecuencia: «Estaba en la Universidad de Viena delante de 300 personas, y al lado una profesora de estudios de género. Noté que en el ambiente había gran oposición. Cuando empecé a hablar, hubo muchas críticas. Nuestros oponentes no pueden soportar una opinión diferente a la ideología que han construido. No pueden soportar que hablemos de algo tan bonito como son los fundamentos cristianos».



Insistió en que leyes de ideología de género, diciendo defender "la libertad" en realidad destruyen la libertad de expresión y pensamiento. 


«Es un nuevo totalitarismo, estamos dando la vuelta al sistema legal entero. Si una persona te acusa de ser homófobo, no prima la presunción de inocencia, sino que eres culpable y debes mostrar tu inocencia», denunció la socióloga, según recoge Religion Confidencial.



Junto a la autora estaba el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, que ha sido denunciado ante los tribunales al menos 5 veces por asociaciones abortistas, feministas o LGTB por criticar la ideología de género y sus lobbies: en todos los casos, la Justicia ha desestimado las denuncias.  Le acompañaban el traductor del libro, el padre Pablo Cervera, y el director de la editorial Didaskalos, el padre Carlos Granados. El volumen en español cuenta con un prólogo del obispo Reig, además de los prólogos a la edición italiana del Cardenal Carlo Caffarra y a la edición alemana del filósofo Robert Spaemann

El obispo Reig Pla recordó a los asistentes que el último propósito de la ideología de género es acabar con la civilización de origen cristiano y doblegar a la Iglesia católica a sus imposiciones, tal como ha ocurrido con otras confesiones cristianas que han claudicado ante ella. (Varias de las ideas del prólogo escrito por el obispo se pueden leer resumidas aquí).


Gabriele Kuby participó en la revuelta estudiantil de 1968 en Alemania, formando parte del movimiento izquierdista. Participó en el movimiento del 68 «como hija obediente de su padre izquierdista que en ese momento era un famoso periodista y escritor en Alemania».  En esos años era atea.

Pero en 1973 una experiencia mística le convenció de que el materialismo no era satisfactorio. Después buscó en la espiritualidad Nueva Era, y no fue hasta 1996 que se hizo católica, precisamente cuando su marido la abandonó dejándola con 3 hijos pequeños. Las familias y hogares rotos son uno de los grandes frutos de la "revolución sexual".


Gabriele Kuby, socióloga que intenta trabajar con cifras cuando puede, denunció que en muchos países no se pueden dar datos objetivos sin ser acusada de homófoba.

«En mi libro expongo el sufrimiento de muchos transexuales, por ejemplo, el 40% ha intentado suicidarse, la tasa de infección del VIH es cinco veces superior a la media, el 19% vive en la pobreza extrema, asegura.

La escritora alertó de que la revolución sexual está avanzando a una velocidad pasmosa. «Estamos viendo que la cultura transgénero está llegando a los niños. Y los médicos, con tan solo ver al niño 20 minutos, le diagnostican 'disforia de género' y le hormonan, sabiendo que el tratamiento le va a dejar estéril para toda su vida y con riesgo a enfermedades. En Canadá, si los padres se niegan al cambio de sexo de su hijo, le retiran la custodia, argumentando que si se impide al niño cambiarse de sexo, podría suicidarse. Esta situación ya puede ocurrir ya en España».

En realidad, en España, dependiendo de la Comunidad Autónoma, no se necesita ningún diagnóstico médico: cualquiera puede declararse del otro género (o de uno cualquiera entre los muchos que se pueden reclamar) y exigir hormonas y tratamientos. Es lo que los lobbies llaman "desmedicalizar" o "despatologizar la transexualidad". Lo que digan los médicos, insisten, da igual. 

abriele Kuby se preguntó: «¿Cómo hemos permitido que toda esta ideología de género loca se haya apoderado de nuestra sociedad? ¿Por qué nos hemos callado tanto tiempo? Las generaciones futuras nos preguntarán por qué permitimos esta ideología».

La escritora finalizó su conferencia con esperanza. «Hay movimientos de resistencia en muchos países contra esta imposición, entre ellos España. Tenemos que seguir resistiendo porque creemos en la democracia y esta democracia se está tambaleando. Se está produciendo un despertar frente a la ideología de género. Tenemos que estar en esta batalla para decir la verdad, la verdad de Cristo».

Agradeció a la editorial Didaskalos por haber publicado el libro, puesto que en España ninguna editorial quería traducir su obra, que llega a nuestro país diez años después de su primera edición. Y también agradeció el apoyo del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, que «me ha acogido bajo su paraguas». 

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