Así, lamentó la actitud de los países occidentales, donde «se nos llena la boca hablando de derechos humanos y es donde más se está haciendo para que no se construya la paz y la reconciliación».

Según el prelado, «la reconciliación no llegará nunca mientras no se respete la vida humana desde su mismo inicio hasta su fin natural». Osoro no dudó en comparar esta situación con la que «se vivía en Europa en épocas anteriores» y aseguró que en el respeto a la vida humana «no estamos ahora mejor», ya que «cuestionando la vida se cuestiona la libertad en sí misma y se instaura la injusticia más profunda que puede haber, que es la que quita la vida a los más indefensos».

La misa fue también ofrecida por «los niños esclavos, los que son objeto de comercio o los que sufren porque los mayores no somos capaces de respetar los derechos humanos». Cientos de fieles llenaron la Basílica y posteriormente realizaron en el exterior una concentración de carácter festivo y musical, a favor de la vida.