Andrea Gemma es obispo emérito y exorcista. Normalmente los obispos suelen delegar los exorcismos en sus exorcistas diocesanos o sacerdotes que designan para diversos casos, pero Gemma, obispo emérito de Isernia-Neafro (pastoreó esta diócesis italiana de 1991 a 2006, cuando se retiró a los 75 años) siempre ha realizado exorcismos como obispo y los sigue realizando hoy, a sus 86 años. 

En una entrevista con el diario italiano Il Giornale ha hablado de la influencia del mal en nuestros días... y eso incluye el Islam, asegura.

“Sin duda, la irrupción del Islam en la historia ha ofrecido una oportunidad a Satanás. El Maligno se sirve de Alá y de su profeta, Mahoma. Los islamistas no son posesos. Pero el Islam le ha dado la oportunidad a Satanás, para que utilice la figura de Mahoma".


“Hoy soy el único obispo del país que realiza directamente exorcismos. Cuando esto comenzó en la diócesis de Isernia, la catedral estaba siempre llena. Después incluso había gente hasta afuera y el tráfico se interrumpía", explica a Il Giornale.

Fue el mismo papa Juan Pablo II quien le animó en 1992, dice, a expulsar demonios. Muchas de sus experiencias las ha contado en el libro "Yo, obispo exorcista", por el momento sólo en italiano.



Las peticiones de ayuda hoy son muchas. A veces basta que el obispo haga una bendición por teléfono para lograr una mejoría en casos menos graves, de personas rondadas por actividad demoníaca. “Muchas veces esto es eficaz”, puntualiza. "Pero nadie debe hacerse ilusiones creyendo que (cuando hay posesión) es suficiente una sola sesión para derrotar al diablo". 

Explica el caso de un niño veneciano al que atendió durante toda una Cuaresma. “La familia llegó de Venecia y debió instalarse por más de un mes en el hotel. El endemoniado era el hijo, un niño que adquiría tanta fuerza que se necesitaban tres personas para mantenerlo firme [para evitar que se autolesionara]... gritaba, se retorcía, babeaba… todas las palabras que fluían de su boca eran contra Dios y contra mí. Terminaba bañado de sudor".

 


El obispo avisa de que si alguno piensa que jamás necesitará de un exorcismo, está equivocado. “Todos estamos en riesgo”, advierte. “Debemos orar, confesarnos e ir a misa, porque el diablo se mantiene alerta y si detecta una puerta para entrar, él se desliza".
 
No siempre el poseído se ha implicado en pecados graves. “A veces, se trata de un permiso de Dios para probar la santidad misma. En la historia, varios beatos fueron infestados por el maligno. El Padre Pío no fue poseído, pero sí fue profundamente oprimido por el diablo: se iba a su habitación para ponerle todo patas arriba, lo bastoneaba físicamente dejándolo con el rostro hinchado".

Al final, el demonio tuvo que dejarlo libre y le habló a Padre Pío, recuerda Monseñor Gemma… “Sus últimas palabras fueron: «Ahora me tengo que ir» y seguidamente (P. Pío) cayó al suelo desmayado. Finalmente había sido liberado".


Puede ser difícil asegurarse de que una persona está verdaderamente poseída. El obispo señala los "signos reveladores”: los psesos sienten verdadera aversión, dice, de estar en cercanía a imágenes o lugares sagrados. 

Además, muchos posesos no soportan la presencia del Santísimo Sacramento. “Cierto señor me decía: «Cada vez que asisto a misa, dentro de mí siento que todo se revuelve». 

Otros no soportan mirar hacia el crucifijo que llevo al cuello o a la Santísima Virgen María grabada en mi anillo episcopal”. Pero las reacciones más evidentes señala Monseñor, se producen en presencia del exorcista y en especial al rezar “la fórmula de liberación”.


Andrea Gemma nació en Nápoles hace ya 86 años, pertenece a la Congregación Piccola opera della Divina Providenza de la cual fue su Vicario General; ha sido profesor de griego y latín y escritor. Y sacerdote ya por 6 décadas. 



En su opinión, cada diócesis debería nombrar oficialmente a un exorcista idóneo, y explica a Il Giornale que piensa proponerlo así al Papa Francisco. 

Finaliza sus declaraciones al periódico sugiriendo una oración sencilla contra las acechanzas del demonio:

"San Miguel Arcángel defiéndenos en la lucha; se nuestra ayuda contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes; y tú, Príncipe del Ejército Celestial, con el divino poder, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén”.

Vídeo-entrevista de 27 minutos en italiano al obispo Gemma sobre exorcismos, aquí

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