Preguntado si es medianamente optimista el cardenal Castrillón no hace ningún pronóstico, y agrega que últimamente ha hablado con «muchos miembros de la Fraternidad San Pío X que de verdad no niegan el Concilio Vaticano II, sino algunas interpretaciones del mismo», y continúa aclarando que en el llamado mundo tradicionalista hay muchos ánimos, unos que son moderados, a quienes respeta, los cuales parecen estar dispuestos a un diálogo conciliatorio en la diversidad, y otros que han negado y siguen negando el Concilio Vaticano II.
 
Para el cardenal Castrillón el obstáculo principal en el diálogo es precisamente esa diversidad en el interior de la Fraternidad San Pío X, anotando que «ha leído en algunos sitios [de internet] que pertenecen a ella algunas cosas y valoraciones honestamente inaceptables», pero al tiempo cree que «estas valoraciones un poco secas y fuertes son una minoría y no representan a todo el movimiento».