En su intervención en Ginebra en la decimosegunda sesión ordinaria del Consejo de los Derechos del Hombre, el Prelado señaló que «mi delegación observa con interés la labor de la Task Force encaminada a la creación de una lista de criterios de derecho al desarrollo y de sub-criterios de acción en torno a tres componentes principales: el desarrollo centrado en el ser humano, un ambiente posible y justicia social e igualdad».
 
El Arzobispo subrayó que «en el contexto del proceso de desarrollo, la persona no es solo un receptor de ayuda, sino también el actor real de su desarrollo integral y de las relaciones entre las personas y los pueblos. Como señala Benedicto XVI en su reciente encíclica ´Caritas in veritate´, el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social», informa ACI.
 
Tras resaltar que «el factor cultural del derecho al desarrollo (...) no es completo si no incluye las dimensiones espirituales y éticas de la persona»,monseñor Tomasi dijo que «esas dimensiones cualitativas deben reflejarse entre los criterios centrados en el ser humano de este derecho al desarrollo».
 
«Los Estados deben remover los obstáculos al desarrollo debido a la violación de los derechos humanos y la comunidad internacional debe apoyar el proceso de desarrollo, especialmente en los países más pobres. En este sentido, el principio de subsidiaridad es especialmente importante. La solidaridad y la subsidiaridad pueden ser complementarias».
 
El Prelado aseguró finalmente el apoyo de la delegación de la Santa Sede a «la adopción del criterio de justicia social e igualdad, que conlleva imperativos morales para la protección de los derechos humanos y para una división justa de beneficios del desarrollo, que incluya, entre otros, el acceso al alimento, a la educación, al hogar, a la educación, a la salud y al empleo».