La ministra de Igualdad nunca pensó que una declaración suya pudiera iluminar a un grupo de ciudadanos para crear un muñeco. Desde que Bibiana Aído dijera aquello de que no se puede sostener científicamente que un feto de 12 semanas fuera un ser humano, aunque sí un ser vivo, el «bebé Aído», una réplica de  un ser humano de esas características, se ha paseado, como evidencia, ante senadores y diputados. Incluso intentó presentarse a la propia ministra, aunque fue imposible registrar un ejemplar en sus oficinas. También le echaron del Palacio de La Moncloa, pero como el personaje interpretado por el genial Paco Martínez Soria, Don erre que erre, no ha desaprovechado una oportunidad para hacerse presente en el debate público sobre la nueva legislación sobre la eliminación de seres humanos en estado embrionario.

La última de esta visitas informativas, en las que siempre se ha buscado que los legisladores y quienes tiene que elaborar los informes preceptivos tuvieran en cuenta cómo es un ser humano de esa edad, se ralizó ayer en el Consejo de Estado. Sus miembros se reúnen hoy para elaborar su informe y, de ser favorable, el trámite parlamentario de la ley podría empezar en muy breve plazo de tiempo. «queremos que los consejeros puedan tener en sus manos la evidencia de la humanidad de 12 semanas de gestación: sonríe, sufre, duerme cuando la madre duerme, se despierta con ella...» ha señalado la portavoz de la iniciativa, Fátima Navarro-Rubio.