(Jorge Martínez-Pueyo/ReL) De nacionalidad canadiense, Jean Vanier fundó las comunidades de El Arca, presentes en los cinco continentes y destinadas a ofrecer hogares familiares para todas aquellas personas que sufren una deficiencia intelectual. Los promotores de la candidatura de Vanier, provenientes del mundo académico, político y del Derecho Internacional, destacan de él la «universalidad» de su mensaje. En una carta escrita por ellos y enviada al Instituto Nobel de Oslo, afirman que su mensaje trasciende el mundo de la discapacidad mental y «nos muestra el camino para sacar de nosotros y de nuestro entorno las causas mismas de los conflictos. el miedo a la diferencia, el deseo de poder, la violencia y la riqueza». Nacido en Ginebra (Suiza) en el año 1928, estudió Filosofía y Teología en el Instituto Católico de París y, tras publicar su tesis sobre Aristóteles y ser contratado como profesor en la Universidad de Toronto, Jean Vanier decidió cambiar de vida. Abandonó su prometedor futuro profesional y siguió los pasos del Padre Thomas, un dominico al que Vanier considera su «padre espiritual» y que, por aquel entonces, era el capellán de una institución para discapacitados en Trosly-Breuiel. Allí fue donde descubrió su vocación, tras instalarse allí y acoger a dos de ellos, Philippe y Raphaele. Una vida dedicada a la paz Entre sus obras por la paz están «El Arca», fundada en 1964. En ellas acoge a personas con discapacidad mental con los que comparten su vida hombres y mujeres que optan por comprometerse a vivir siempre a su lado. Actualmente existen más de 120 comunidades en 30 países de todo el mundo. Otra es Fe y Luz, fundada en 1971 bajo el auspicio de Jean Vanier y Marie-Helène Mathieu. Su objetivo es la creación de comunidades de encuentro donde las personas discapacitadas se reunen una o dos veces al mes con sus familias y amigos para convivir, festejar o compartir un momento de oración. Por último, Intercordia se creó por iniciativa de Jean Vanier. Dirigida a jóvenes universitarios, busca que adquieran una «práctica de la paz», en un proceso que incluye formación teórica, una estancia en el extranjero y una tesina para obtener el Diploma de la Universidad March Bloch de Estrasburgo. Entregado por completo, a sus 80 años de edad, a difundir la paz por todo el mundo con viajes, conferencias y retiros, Vanier ha escrito cosas tan bellas como ésta: «Obrar por la paz es acoger a aquel que está cerca, que molesta y es desagradable, que tiene ideas diferentes (...)No se trata de juzgarlo, ni condenarlo porque también es un ser humano (...) No es un rival ni un enemigo, sino un hermano o una hermana en humanidad, herido como nosotros». En España El Arca tiene dos comunidades: «El Rusc» y «Els Avets», en la provincia de Barcelona. Además, existe un proyecto para abrir una tercera comunidad en Madrid.