(Germinans/ReL) La concesión de la Creu de Sant Jordi a Manel Pousa retoma una "tradición" quebrantada el año pasado, por la cual siempre hay una personalidad eclesiástica entre los elegidos para recibir el galardón. Pousa, más conocido como Pare Manel, realiza su labor a favor de la integración de los colectivos más marginados de la sociedad barcelonesa, en especial de los presos. Por ello recibió en el 2007 el Premi Solidaritat que anualmente otorga al Institut de Drets Humans de Catalunya. En respuesta a una pregunta de la periodista Sara González sobre la Conferencia Episcopal Española, el "para Manel" aseguró que los obispos españoles "tienen una mentalidad conservadora. Las cosas no se pueden solucionar desde una moral prefabricada como pretende el catolicismo. A mí me interesa la persona. Cierto es que hay unos principios éticos, pero hay razones que, por ejemplo, llevan a determinadas mujeres a abortar. Yo he pagado abortos. Y la Conferencia Episcopal Española no se da cuenta de que el Evangelio no condena, sino que ofrece medidas liberadoras".