(J. V. Echagüe/La Razón) ¿Su mensaje? La vida humana no debe ser menos protegida que la flora y la fauna. Algo que la Iglesia católica denuncia que se está produciendo. «Desprecio a la vida» «Una ley que no proteja el derecho a la vida es una ley injusta. Incluso no tiene el carácter de ley», dijo ayer monseñor Martínez Camino, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española . Así, la Iglesia pretende «contribuir al fortalecimiento de la conciencia de todos acerca de la necesidad de proteger la vida de los que van a nacer», informa Ep. Porque, denuncian, «hay una situación masiva de desprecio a la vida» y «muchas falsedades sobre la vida de los que van a nacer». No en vano, conviene recordar que el texto que prepara la Comisión de expertos de Igualdad permitiría, entre otras cosas, el aborto libre a las menores de 16 años sin necesidad del consentimiento paterno. Por ello, las vallas quieren «dar voz a los que no pueden expresarse», que son los bebés que van a nacer, y «que tienen derecho a vivir». Porque, para la Conferencia Episcopal, la necesaria protección de los animales en peligro de extinción no puede evitar otra cuestión: «Si muchas especies tienen una alta protección, incluso penal, ¿por qué se ha de proteger menos la vida de los seres humanos que van a nacer?», se preguntaba ayer Martínez Camino. De hecho, recordó, hay penas de cárcel para aquellos que atentan contra la flora y la fauna. El 25 de marzo la Iglesia celebrará la Jornada Por la Vida. Concretamente, se oficiará una Eucaristía en Madrid presidida por el Cardenal Antonio María Rouco Varela. Las reformas legales del Gobierno de Rodríguez Zapatero estarán presentes pero, sobre todo, se abogará por el «apoyo integral a la mujer, para que puedan superar las dificultades y dar a luz». El mensaje de la campaña ha calado hondo en los colectivos católicos. Por ejemplo, un manifiesto publicado por la Unión de Hermandades de Jerez recordaba que el artículo 337 del Código Penal condena con penas de prisión de tres meses a un año el maltrato de animales. Idéntica condena se le puede imponer al que arranque una flor protegida (artículo 332). Y hasta dos años de cautiverio puede sufrir aquel que dificulte la reproducción de especies protegidas (artículo 334). «Denunciar en juzgados» Algo que, según las cofradías, «está muy bien porque habla de nuestro amor a la naturaleza, pero parece que la especie humana no es merecedora del mismo nivel de protección». Las reacciones a la campaña han sido entusiastas entre las asociaciones católicas. «Hay que poner todos los medios contra el aborto. También la publicidad», dijo ayer Josep María Simón Castellví, presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (Fiamc). Pese a mostrarse a favor de denunciar en los medios, Simón también cree «que a veces se pueden poner denuncias en los juzgados». Parece que, tras las campañas cruzadas a favor y en contra del ateísmo en los autobuses de varias ciudades españolas, la Iglesia ha encontrado en la publicidad una nueva forma de difundir su mensaje. «Es un argumento muy bueno y muy sólido. Resalta el absurdo de defender ciertas causas y, cuando se trata de proteger la vida, no hacer nada», comenta a este diario Manolo Portabella, portavoz de la Fundación Kolbe de publicitarios católicos. Portabella celebra que la Iglesia «defienda su mensaje sin complejos con los medios del siglo XXI. Otra cosa sería una campaña de conversión. En este caso, la publicidad no sería el camino», apunta. Sobre las posibles críticas que pueda haber contra la campaña, el publicista cree que ésta «no es a favor de la religión, sino de su posición a favor de la vida».