(RV/ReL) Todo lo relacionado con este tema se estudió atentamente y se resolvió, de forma que se esperaba definitiva, en un artículo publicado en Civiltá Cattolica, en junio de 1983, por el P. Giovanni Caprile, con la colaboración, claro está, también de Mons. Capovilla». «Entendámonos, el texto de la presunta oración del Papa no contiene nada malo y tiene también alguna afinidad de estilo con sus escritos. Ello explica el que algunas personas hayan creído que pudiera ser suya. Pero otros temas internos, su ausencia entre los escritos dejados por el Papa y la total falta de cualquier prueba de dicha atribución lleva necesariamente a una conclusión negativa. El P. Caprile recuerda ampliamente los testimonios de respeto y de amor de Juan XXIII hacia el pueblo judío a lo largo de toda su vida. Y pone de relieve sus enormes méritos en este campo. Pero concluye que para comprenderlos y apreciarlos adecuadamente, la verdad histórica es más que suficiente, sin tener que recurrir a piadosas, si bien verosímiles ficciones. Después de 25 años, una vez más, tenemos que hacer nuestra esta conclusión»