(P.J.G/La Razón) Las diócesis son Pittsburgh, Fort Worth (Texas), Quincy (Illinois) y San Joaquín, en el condado de Fresno, California. En este condado, el 69% de la población votó contra el matrimonio homosexual en el referéndum de noviembre. Precisamente en California la jerarquía episcopaliana fue la única que se negó a colaborar en la gran alianza interreligiosa en defensa del matrimonio natural que unió a católicos, protestantes, mormones, pentecostales, judíos, musulmanes y sikhs. En 2006 el obispo auxiliar de California, Steven Charleston, declaró que antes que renunciar al homosexualismo político prefería “el cisma, que digan que no estamos en comunión con sitios como Nigeria”, refiriéndose a países de anglicanismo conservador, casi todos en Asia, África o Sudamérica. La nueva iglesia promulgó su constitución el pasado miércoles, bajo el liderazgo de Robert Duncan, obispo de Pittsburgh, y pide ser aceptada como interlocutora en la Comunión Anglicana, con 77 millones de fieles, la mayoría de ellos en el Tercer Mundo. Un concilio mundial en Jamaica en mayo lo estudiará.