"Me han preguntado por mi relación con los Hermanitos del Cordero, Juan Pablo II y mi conversión", empezó.

"Tengo dos hijos. Toda la vida, en casa, los eduqué en los valores de la izquierda y del marxismo. Mi hijo menor, siendo estudiante, en una comuna, estaba en una situación delicada. Él conoció a los Hermanitos del Cordero y se convirtió al cristianismo."

Al llegar a este punto, la antigua marxista y cofundadora del PSC se emocionó, se le quebró la voz y casi llora.

Los asistentes al Congreso de Católicos y Vida Pública le aplaudieron, también emocionados.

"Mi hijo ha sido... es difícil recordar esto ahora... ha sido un proceso de... ¡la Gracia de Dios!", dice.

Los Hermanitos del Cordero son una orden de monjes y monjas mendicantes, pobres, jóvenes en su mayoría, que viven en los barrios más deprimidos de las grandes ciudades, vestidos con hábitos de color azul.


Mercedes Aroz recordó que "en verano del año 2000 fueron las Jornadas de la Juventud en Roma. Mi hijo estuvo allí; los Hermanitos del Cordero le ayudaron en su proceso, pero realmente él se convirtió de la mano de Juan Pablo II", especificó, refiriéndose al encuentro de dos millones de jóvenes con el Papa polaco en la explanada de Tor Vergata, la mayor reunión juvenil de la historia de Occidente.

"Ese verano leí un artículo de una periodista de izquierda, que ponía el foco en los encuentros de Roma, la afluencia de jóvenes. ¿Qué le pasaba a la izquierda, nuestros ideales dónde estaban, por qué no teníamos capacidad de convocatoria? Ese artículo me hizo reflexionar sobre mis ideales", dijo quien fuera miembro de la Liga Comunista Revolucionaria en su juventud.


"A finales de ese año recibí la llamada de Dios. ¡Bueno, Mercedes, ya está bien! ¡Yo no recordaba ni el Padrenuestro! Empezó ahí mi proceso. Me formé, básicamente, leyendo libros de Ratzinger", explicó, refiriéndose al entonces prefecto de la Doctrina de la Fe y actual Papa Benedicto XVI.

"En 2005 me encuentro el proyecto de ley para equiparar jurídicamente las uniones del mismo sexo con el matrimonio. Yo no sabía como argumentar en contra jurídicamente. Tomé entonces conciencia de la contradicción entre el proyecto socialista y el compromiso cristiano, que no es una ideología. Me pareció que no sólo debía votar en contra sino dar argumentos. Ahí fue el divorcio con el proyecto socialista", aseguró.

Más aún: "también voté después contra las leyes de manipulación genética. Y ya al final de mi etapa de senadora voté contra la ley de Memoria Histórica, no contra las familias que buscan a sus muertos, sino por su preámbulo de ideología discriminatoria, sin objetivos de reconciliación ni de verdadera memoria."


Preguntada por asistentes sobre si hay un proyecto laicista en el PSOE dijo: "Creo que el PSOE no tiene un proyecto laicista, pero están muy desorientados sobre qué es laicidad en una sociedad pluralista y democrática. Deberíamos debatir sobre la laicidad. Pero cuando se descalifica desde el poder político a los que nos oponemos al aborto y la eutanasia se impide el debate."

¿Y qué piensa de la corriente "Cristianos por el Socialismo"?, le preguntan.

"Durante la Transición eran personas que pensaban que el socialismo podía aportar algo en el tema de la defensa de la justicia social. Pero entonces, cuando yo era marxista, no veía como se podía ser también cristiano. Y ahora que soy cristiana, no veo como ser "cristiana por el socialismo". ¿No va primero el cristianismo? ¡Lo que hace falta es ser cristianos por el evangelio!", dice con convicción.


Mercedes Aroz fue en su juventud una marxista ortodoxa, militante de la Liga Comunista Revolucionaria. Se afilió al PSOE en 1976 y fue una de las fundadoras del PSC en 1978. Formó parte de la dirección política del PSC durante 18 años. Economista y asesora de UGT, fue diputada socialista de 1986 hasta el año 2000, cuando pasó al Senado.

En 2004 se convirtió en la senadora más votada de la democracia, con 1,6 millones de votos en Barcelona (Pío García Escudero, del PP, la superaría en marzo de 2008 con 57.000 votos más en Madrid). Dejó el escaño en noviembre de 2007.

La candidata socialista que la sustituyó en Barcelona, Maite Arqué, obtuvo en marzo 224.000 votos menos que ella.

Durante al menos 3 años escribió cartas en privado al presidente Rodríguez Zapatero pidiéndole moderación y reflexión en temas de vida y familia, sin ningún éxito.

En junio de 2005, el Senado español votó contra el matrimonio homosexual: 136 a 119.

Aroz
y su compañero de bancada, Francisco Vázquez (laico carmelita, incombustible alcalde de La Coruña y hoy embajador en el Vaticano), se ausentaron para no votar a favor.

Más aún, Aroz emitió un comunicado explicando que sus razones eran muy similares a las del líder socialista francés Lionel Jospin y la socialdemocracia europea: proteger a los niños, defender el matrimonio basado en la ley natural y ofrecer a los homosexuales otros pactos de convivencia.

Fue una defensa valiente del matrimonio en boca de una mujer divorciada muchos años antes de experimentar la fe.

Al final, el matrimonio homosexual se aprobaría en el Congreso pese a:

-el voto en contra del Senado,
-el Consejo de Estado (dictamen 628/2004),
-la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia,
-el Consejo General del Poder Judicial,
-700.000 firmas de ciudadanos avaladas por la Junta Electoral Central
-y una manifestación de un millón de personas en Madrid el 18 de junio de 2005.

Fue, sin duda alguna, la ley con menos consenso de la democracia española.

En noviembre de 2007, Mercedes Aroz hacía pública su conversión al cristianismo (que había empezado, en secreto, en el 2000) y en una nota daba las razones.

"Mi actual compromiso cristiano me ha llevado a discrepar con determinadas leyes del Gobierno que chocan frontalmente con la ética cristiana, como la regulación dada a la unión homosexual o la investigación con embriones, y que en conciencia no he podido apoyar", dijo.

"He querido hacer pública mi conversión para subrayar la convicción de la Iglesia Católica de que el cristianismo tiene mucho que decir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, porque hay algo más que la razón y la ciencia", decía su texto.

"A través de la fe cristiana se alcanza a comprender plenamente la propia identidad como ser humano y el sentido de la vida", proseguía.

Además pedía, en nombre de la libertad religiosa, "respeto y un reconocimiento positivo del hecho religioso, frente a un intento de imponer el laicismo".

Esa misma semana, en un programa de la BBC, el primer ministro inglés Tony Blair declaraba: "si hablas de tu fe religiosa, la gente te toma por un pirado".

También a él le quedaban unos meses para anunciar su conversión al catolicismo. La diferencia es que Aroz ha luchado por defender la bioética católica basada en la ley natural, mientras que Blair aún no ha mostrado un catolicismo coherente en los temas de clonación, aborto ni matrimonio.

En la inmensa mayoría de países, Mercedes Aroz habría podido seguir siendo senadora socialista y defender la vida, el matrimonio y la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos.

En España, después de años de intentar conciliar su fe y su cargo político, la radicalidad del particular socialismo español se lo ha hecho imposible.

Varios políticos socialistas salieron al paso expresando su respeto por la decisión y repitiendo un "mantra": que se puede ser socialista y católico.

Pero, pese a años de discreción y silencio, Mercedes Aroz, con su ejemplo y coherencia, con su vida misma, pone en cuestión, por la vía de los hechos, que el cristianismo sea compatible con el proyecto abortista y anti-familia del socialismo español actual.