Hacía años de no sucedía: un comunicado público desde el Vaticano protestando por una intromisión del Gobierno chino, que se ha inventado una inexistente "diócesis de Jiangxi" (que Roma no reconoce) y ha instalado allí un "obispo auxiliar" (un hombre al que el Papa le había encargado otra misión, ser obispo de Yujiang, en parte de ese territorio).

En 2018, las autoridades chinas y la Iglesia Católica llegaron a un "acuerdo provisional" sobre el nombramiento de obispos, acuerdo que se renovó en septiembre de 2022. El texto exacto del acuerdo es secreto, pero en general se sabe que el nombramiento de nuevos obispos y su ubicación se pactan entre las dos autoridades, evitando dos cosas que dividían a la Iglesia en China: que Roma creaba obispos clandestinos mientras el Gobierno respondía haciendo que obispos afines impusieran las manos para crear otros obispos, válidos pero ilícitos, sin mandato papal.

Ahora se ha dado el primer choque público desde que se firmó el acuerdo de 2018. Las autoridades chinas han realizado una "ceremonia de instalación" colocando al obispo John Peng Weizhao como "obispo auxiliar" de Jiangxi, una diócesis que para Roma no existe.

La ceremonia de instalación de Peng como obispo auxiliar de Jiangxi. Roma protesta: Jiangxi no existe como diócesis y el Papa Francisco nombró en 2014 a Peng como obispo (entonces clandestino) para Yujiang.

El problema de Roma no es realmente con la persona. John Peng Weizhao fue ordenado clandestinamente en 2014 por mandato del Papa Francisco como obispo de Yujiang. El problema es que se le envíe a otro cargo y que las autoridades chinas se inventen una diócesis sin consultar a nadie.

“La Santa Sede - dice la nota vaticana - toma nota con sorpresa y pesar de la noticia de la 'ceremonia de instalación', que tuvo lugar el 24 de noviembre en Nanchang, de monseñor John Peng Weizhao, obispo de Yujiang (provincia de Jiangxi), como 'obispo auxiliar de Jiangxi', diócesis no reconocida por la Santa Sede. Este evento, de hecho, no se llevó a cabo de acuerdo con el espíritu de diálogo existente entre el Vaticano y las partes chinas y con lo estipulado en el acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos, fechado el 22 de septiembre de 2018".

Presiones fuertes de las autoridades locales

La nota vaticana añade que "el reconocimiento civil de Mons. Peng estuvo precedido, según las noticias recibidas, por una larga y fuerte presión por parte de las autoridades locales".

“La Santa Sede -concluye la nota- espera que no se repitan episodios similares, espera comunicaciones oportunas al respecto por parte de las autoridades y reafirma su plena voluntad de continuar el diálogo respetuoso sobre todos los temas de interés común”.

La agencia AsiaNews -de los misioneros del PIME, siempre atenta a los hechos en China- detalla que la web chinacatholic.cn (de entidades católicas oficialistas vinculadas al Partido Comunista Chino) informó expresamente del texto que se le pedía jurar al obispo, lleno de referencias sobre la autonomía de la Iglesia china y el objetivo de adaptar el catolicismo "a la sociedad socialista".

AsiaNews recuerda también que el acuerdo de 2018 permitió "regularizar" por acuerdo muchos obispos, pero desde septiembre de 2021 no se ha producido ningún nombramiento más pese a las numerosas diócesis vacantes.

También señala la agencia misionera que cuando en verano se reunieron las autoridades católicas chinas en Wuhan "bajo el estricto control del Partido" el acuerdo ni siquiera fue mencionado. La sensación es que la parte vaticana cumple con el acuerdo mientras que la parte china intenta ignorarlo.

Un punto claro de fricción se ve ahora en la diócesis de Yujiang, cuyo clero -que durante muchos años ha sido clandestino- es muy reacio a registrarse en los organismos que controla el Estado y le dice a su obispo Peng Weizhao que no tiene por qué acudir a Nanchang, donde estaría subordinado a otro obispo, Li Suguang, al que las autoridades chinas le encomiendan toda una provincia con el nombre de "diócesis de Jianxi"... que Roma no reconoce.