Por tercer día consecutivo la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén ha mantenido sus puertas cerradas y no hay fecha para su reapertura. En una medida sin precedentes, las distintas confesiones cristianas presentes en Tierra Santa y que custodian esta basílica han dejado atrás diferencias pasadas y se han puesto de acuerdo para protestar y presionar a las autoridades israelíes por los impuestos abusivos a los que les quieren someter y ante el proyecto de ley que permitiría expropiar terrenos a estas iglesias.

Mientras los peregrinos siguen sin poder entrar al lugar santo de la cristiandad, las autoridades de Israel ven a su vez el problema al que se pueden enfrentar si disminuyen las peregrinaciones. Sin embargo, la solución no está cercana.


El custodio de Tierra Santa, el franciscano Francesco Patton ha asegurado, tal y como recoge Vatican News, que “no tenemos ninguna intención de pelear con el Estado de Israel, tenemos óptimas relaciones y en todas las ocasiones tratamos de cooperar", pero se han producido algunas acciones que “perjudican nuestros derechos".

"Si hay posibilidad de reunirnos alrededor de una mesa y discutir seriamente, estaremos muy contentos de poder hacerlo juntos. No como comunidades individuales, sino como comunidades cristianas involucradas”, indicó el custodio.


"Hay dos problemas que resolver", afirma el padre Patton. Por un lado, "la cuestión del pago de impuestos a edificios de las Iglesias, con valor retroactivo, una solicitud que no tiene en cuenta el hecho de que nosotros no trabajamos para obtener ganancias, sino para ofrecer también servicios sociales que alivian, además, las cargas del municipio mismo. Que nuestros presupuestos logren alcanzar el punto de equilibrio al final del año, ya es un buen resultad”.

La otra cuestión –añade el franciscano- se refiere propuesta de ley que “consideramos discriminatoria, ya que tiene la intención de regular el derecho de propiedad, el alquiler y las transacciones sólo de los terrenos de  las Iglesias”.

Sobre el cierre del Santo Sepulcro, afirma que "no puede cerrarse hasta el infinito", algo “evidente”. Sin embargo, cree que una “molestia como esta contribuya a hacer reflexionar".