Tras su secuestro de 117 días por parte del grupo terrorista Maute, filial de Estado Islámico, el padre Teresito “Chito” Suganob ha relatado brevemente cómo su cautiverio tras haber sido hecho preso en la catedral de Marawi (Filipinas) el pasado mes de mayo.

Mi secuestro ha sido la voluntad de Dios. Una prueba que Él ha querido ponerme. Confío en Él”, ha asegurado el sacerdote, tal y como recoge la agencia Fides.

De este modo, el padre Teresito insistía en que “mi futuro sólo lo veo en Marawi: cristianos y musulmanes somos hermanos y creemos en el único Dios”. Concretamente, esta región filipina es de mayoría musulmana.

Ya en Manila el religioso explicó que no quiso huir “para poder compartir el destino de los secuestradores hasta el final”. Además, quiso dar las gracias al Ejército por la labor de rescate y “a todos los que han orado por nosotros y por nuestra salvación”.

Por su parte, el obispo de Marawi, monseñor Edwin De La Peña, ha informado que el padre Teresito “tendrá un período de descanso y recuperación antes de reanudar el ministerio sacerdotal y regresar a la Prelatura Apostólica de Marawi.


“La liberación del padre Chito nos da esperanza para la liberación de otros rehenes, entre los que están otros fieles católicos”, recuerda. “Esperamos que la guerra termine pronto - continúa - y que los residentes de Marawi puedan regresar a sus casas, reconstruir sus vidas y su ciudad”.

Es por eso que el obispo invitó a las comunidades católicas de todo el país a “adoptar una comunidad afectada” por la crisis de Marawi, para ayudar a las comunidades locales en el camino a largo plazo hacia la recuperación. “El esfuerzo común de toda la Iglesia filipina transmitirá un mensaje de esperanza a todas las comunidades afectadas”, agregó De La Peña.