Como cada año la agencia Fides, órgano de información de Obras Misionales Pontificias, hace balance de los agentes pastorales que han sido asesinados por todo el mundo durante 2016. En total, han contabilizado 28 muertos siendo de nuevo América el lugar en el que se han producido más asesinatos.

Según sus cifras, murieron de forma violenta 14 sacerdotes, 9 religiosas, un seminarista y cuatro laicos. Por continentes, América ha registrado el asesinato de 12 agentes de pastoral, de los cuales 9 eran sacerdotes y tres eran monjas.

Por su parte, en África durante el pasado año asesinaron a tres sacerdotes, dos monjas, un seminarista y dos laicos. En Asia el balance es de un sacerdote muerto, cuatro religiosas y dos laicos. Por último, en Europa asesinaron a un sacerdote, concretamente al francés Jacques Hamel, degollado por dos yihadistas de Estado Islámico en el interior del propio templo.

Tal y como recoge el informe de Fides, una buena parte de los agentes de pastoral que han muerto este año fue en distintos intentos de robo aunque también ha habido un número significativo de casos en los que la violencia contra ellos fue feroz debido a su denuncia de la degradación moral, la pobreza económica así como en contextos en los que la violencia es una norma de comportamiento y donde no existe respeto por los derechos humanos y la vida humana.


Y es que la voz de la Iglesia denunciando la injusticia es foco de ataques contra sus miembros por lo que varios fueron asesinados mientras denunciaban la injusticia y la corrupción. Fides pone como ejemplo el del sacerdote mexicano José Luis Sánchez Ruiz, que finalmente logró sobrevivir. Este religioso fue secuestrado y liberado dos días después con “signos evidentes de tortura”. Poco antes de ser secuestrado había denunciado la corrupción y el crimen organizado por lo que había recibido amenazas que finalmente se llevaron a término.

Fides reconoce que la lista estará seguramente incompleta y que habría que añadir muchos más de los que no han tenido noticias o de los que ni siquiera saben su nombre pero que en todos los rincones del mundo dan su vida por anunciar el Evangelio.


Recientemente, en una entrevista para Radio Vaticano, Massimo Introvigne, director del Centro de Estudios Nuevas Religiones, avanzaba el informe que publicarán en breve y cifraba en 90.000 los cristianos que han sido asesinados en 2016 a causa de su fe. En total, un muerto cada seis minutos.

Desglosando estos datos, Introvigne afirmaba que el 70% de los cristianos asesinados, es decir, 63.000, murieron en África “en conflictos tribales” y el centro los incluye porque “considera que en gran parte se trata de cristianos que se negaron a tomar las armas por razones de conciencia”.

El 30% restante representaría una cifra de unos 27.000 muertos “murieron en atentados terroristas, destrucción de villas cristianas o persecuciones del gobierno”.