El misionero español Antonio López García-Nieto, tras el huracán en Vanuatu y la falta de noticias sobre él, escribe contando las consecuencias de esta catástrofe natural y agradece todas las manifestaciones de preocupación y cariño que ha recibido. Lo ha difundido OMPress.

»Hola. Hemos tenido un ciclón espeluznante, nueve horas de viento huracanado y de lluvia continua. Lo hemos perdido todo en el colegio.

»En la comunidad hemos perdido casi todo excepto una sala central donde hemos podido refugiarnos y donde hacemos vida los cuatro hermanos de la comunidad hasta que podamos reconstruir algo.

»Gracias a Dios estamos con vida aunque aquí en Lowanatom ha habido tres muertos y una de nuestras alumnas tiene la pierna rota. Poco a poco vamos haciendo limpieza alrededor.

»El ciclón PAM es el más fuerte conocido. Normalmente un ciclón dura una o dos horas y este duró nueve horas.

»Nos atacó al principio, desde las 5h30 de la mañana por el Este y hasta entonces la casa aguantó. Luego giró al Norte y ahí, hacia las 9h00 de la mañana, fue donde voló el tejado de la casa. Yo estaba en mi habitación cuando sucedió y creía que había llegado mi última hora. Pero estaba muy tranquilo y poniendo todo en manos de Dios.

»Aguanté casi dos horas bajo la lluvia y el viento en un pequeño rincón de la habitación donde había quedado una pequeña porción de madera que me protegía más menos que más. Al final pude salir e ir a la sala central donde estaban los otros dos hermanos Dimitri y Amós que habían podido salir de sus habitaciones antes de que volase el tejado.

»Hacia las 12h00 el ciclón giró al Oeste y yo ya temía que se nos iba a llevar también el tejado de la sala. Gracias a Dios no fue así. Hacia las 14h30 el viento empezó a amainar y pudimos salir para ver el panorama de desolación en la casa, en la iglesia, en el colegio y en el poblado en general donde todo el mundo lo ha perdido todo.

»No tenemos electricidad ni comunicaciones ni agua (hay que ir a buscarla a un pozo). Te mando este mensaje porque en la capital me han permitido conectarme a internet.

»Me encuentro bien sano y salvo, gracias a Dios. Me encuentro muy unido a todos que sé que rezáis por nosotros. Seguimos muy unidos por la oración. No sé cuándo podré conectarme de nuevo. Un fuerte abrazo a todos. Lo siento, pero no puedo responder uno a uno. Gracias por haberos interesado por mí.