Según ha confirmado a EFE la provincia de Oceanía de los Hermanos del Sagrado Corazón, a la que pertenece el misionero español Antonio López García-Nieto, la misión sólo ha sufrido daños materiales, por lo que toda la comunidad – junto a él hay otros tres misioneros, dos nativos y un canadiense – se encuentra bien.

Los daños materiales causados por el huracán en todas las islas de Vanuatu tendrán, no obstante, graves consecuencias. Según valoraban diversas agencias de la ONU, cerca del 80 por ciento de la población de Vanuatu se dedica a la agricultura, por lo que la destrucción de frutales, como las plantaciones de cocos, y de otros cultivos, requerirá encauzar ayudas para recuperar lo antes posible la situación anterior al paso del huracán Pam.

También se están tomando medidas para evitar la propagación de enfermedades, con la distribución de botiquines y medicinas.

El hermano Antonio López llegó a Vanuatu en el 2001, donde comenzó a trabajar en la misión católica de Montmartre, en la isla de Fate. En el 2003 se trasladó a la misión católica de Lowanatom situada en la isla de Tanna, al sur del archipiélago.

Allí los Hermanos del Sagrado Corazón tienen un colegio de enseñanza general y técnica donde los alumnos, además de las asignaturas generales, estudian carpintería, cocina y costura. Desde 2009 se fue construyendo un instituto, en el que ha ayudado decisivamente la Fundación Corazonistas desde España, así como un Colegio Técnico.

La misión de Vanuatu forma parte de la Provincia de Oceanía de esta congregación que cuenta con presencia también en Nueva Caledonia y en Wallis y Futuna, otro país archipiélago como Vanuatu. De hecho el primer destino del hermano Antonio fue Nueva Caledonia, por donde también han pasado otros misioneros españoles del Sagrado Corazón: Carlos Varona, Eduardo Gámiz y Carlos Urreizti.