Los misioneros de las escuelas católicas que se dedican a la enseñanza, como directores o maestros, no podrán ser llamados ´padre´, sino solo ´señor´ en el estado indio de Chhattisgarh (que tiene 25 millones de habitantes, de los que los cristianos son apenas un 0,7%).

Según la información de la Agencia Fides, esta medida la han impuesto grupos extremistas hindúes no en todo el Estado sino en 22 escuelas católicas en el distrito de Bastar, frecuentadas por una gran mayoría de estudiantes no cristianos.

Bastar es una zona tribal en la India interior, que eclesialmente pertenece a la diócesis católica de rito siromalabar de Jagdalpur, con apenas unos 8.000 católicos, pero muy activos en el campo educativo con la colaboración de misioneros.

Después de una reunión con los representantes de los grupos hindúes y las autoridades civiles, los representantes de las escuelas católicas, para evitar tensiones y conflictos, han acordado el uso del título de ´Señor´, que se utiliza en el resto de escuelas privadas.

Los misioneros católicos del distrito han acordado exponer fotografías en las escuelas de grandes personalidades, de todas las religiones, que han trabajado para el interés nacional en la educación.

En los días previos al acuerdo, se habían producido tensiones en la zona, dado las acusaciones a los cristianos de “usar la educación como un arma para la conversión”.

En el servicio de educación, han reiterado los líderes católicos, “se respetan los sentimientos de los estudiantes hindúes”.

Es ampliamente reconocido, en todos los niveles, que la comunidad católica en la India ofrece servicios en el ámbito de la educación de alta calidad técnica y científica, y se ha ganado la aprobación de los políticos, intelectuales, académicos y familias pertenecientes a diferentes comunidades religiosas.

El esfuerzo de la comunidad católica, que a menudo se realiza de forma gratuita, es también muy popular en la India debido a que el país, como informa UNICEF, tiene más de 60 millones de niños que no asisten a la escuela ni siquiera por un día de sus vidas.