Luis Pérez Hernández, misionero javeriano español en Sierra Leona, comenta en una entrevista en DirigentesDigital.com que el ébola está creando una nueva pobreza que antes apenas se daba en África: los huérfanos que nadie quiere acoger y los niños enfermos que nadie cuida.

"En África nunca se ha conocido lo que son los huérfanos. Si un niño pierde a sus padres enseguida le acogía otra familia vecina en la aldea. Ahora, miles de niños vagan por las calles solos, y todo el mundo les señala con el dedo porque sus padres han muerto por el ébola. Nadie les quiere, porque tienen miedo a ser contagiados", afirma.

El misionero también denuncia el escaso apoyo internacional.

"Mientras los hospitales están cerrados porque todos los médicos que atendían a los enfermos han muerto, del extranjero sólo llegan soldados para impedir que abandonemos la aldea".

Y añade: "Pero el Ejército sólo vigila los caminos, ¿quién vigila la selva y los bosques? La gente que quiera abandonar un pueblo desde luego va a hacerlo. No hay forma de contener esto".

Asegura que la información "in situ" sobre cómo evitar la propagación de la enfermedad es casi nula.

"No hay reuniones en las iglesias, están prohibidas. El Ejército rodea los barrios. Intentan que la gente no salga de sus casas. No hay alimentos en los mercados, y los que hay son carísimos. La ayuda humanitaria no llega. No hay hospitales a los que acudir. Y nadie le dice a esta gente que tiene que romper con su cultura".

El misionero recuerda que "en África está muy arraigada la cultura del abrazo, de los besos, de las señales de cariño en todo momento. Ya nadie sabe si puede abrazar al prójimo".



Preguntado por la polémica surgida sobre si los enfermos por ébola en África deben ser repatriados a sus países, Luis Pérez se sincera: "Es una decisión muy personal, entiendo a la gente que se aferre a una mínima posibilidad de sobrevivir. Yo tengo una idea muy clara: vine a Sierra Leona a ayudar y aquí moriré. Si enfermo, no quiero ser repatriado".

Luis Pérez estuvo en Sierra Leona 8 años durante su cruelísima guerra (estuvo secuestrado 15 días por la guerrilla y sobrevivió a los titoreos, como contaba aquí a ReL). En 2003 volvió a España y hace 8 meses regresó al país africano. Ahora ayuda como uno más en las labores de atención a los enfermos de ébola.

(El resto de la entrevista aquí en DirigentesDigital.com).

Es posible ayudar a los misioneros a través del Domund y Obras Misionales Pontificias (www.omp.es) con donativos aquí:
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