El Papa Francisco acaba de visitar Jordania, Israel y los Territorios Palestinos, la tierra donde Dios escogió hacerse hombre, crecer, trabajar, enseñar y morir. La presencia allí de los cristianos de distintos ritos y orígenes en Tierra Santa es clave para la Iglesia universal. Son quienes mantienen viva la memoria de la Encarnación en la misma tierra de la Encarnación.

Sus números no están claros: unos hablan de apenas 160.000 cristianos en la tierra de Jesús; otros consideran que si se suman inmigrantes de la ex-URSS o trabajadores filipinos y africanos, ascienden a 500.000. Conviven con 6 millones de judíos y 3 millones de musulmanes. En cualquier caso, es una iglesia que peregrina con dificultades y tribulaciones.

Ayuda a la Iglesia Necesitada (www.ain-es.org) anima a apoyar a las familias cristianas, a las pequeñas comunidades que viven en comunión como sucedió a los primeros apóstoles. "Ayudemos a los jóvenes seminaristas, que ninguna vocación en esta tierra se pierda por falta de medios. Sostengamos a nuestros hermanos que sufren como sus compatriotas la inestabilidad política y las consecuencias de un conflicto que dura ya más de 100 años", propone la campaña de AIN por Tierra Santa.

El tema de las vocaciones es prioritario, porque no es fácil para la iglesia enviar sacerdotes a Tierra Santa y es un contexto muy complicado que necesita al máximo clero nativo.

Todos los sacerdotes y obispos de Tierra Santa se han formado en el seminario católico de Beit Jala (www.latinseminary.org), a un kilómetro de Belén. Hay en el país bastantes vocaciones, pero de jóvenes con pocos recursos.

Beit Jala es el único seminario de rito latino en Tierra Santa y pertenece al Patriarcado Latino de Jerusalén. Hasta aquí vienen a formarse jóvenes de Jordania, Palestina, Israel y Chipre, todos ellos países en los que los cristianos representan sólo una minoría y cada vez más pequeña. Desde su fundación en 1952 han salido 272 sacerdotes de este seminario. Hoy hay 27 seminaristas, la mayoría jordanos.



El padre Jamal Khader, rector del seminario, 
con Belén al fondo


Los responsables del seminario se esfuerzan para formar a los futuros sacerdotes de esta Tierra Santa, para que sean buenos pastores que acompañen a todos los cristianos que viven en difíciles condiciones en su patria. Así lo cree el Padre Jamal Khader, actual rector que también estudió en este seminario. “Afortunadamente, también hoy, y a pesar de la inseguridad política y social en la región, hay suficientes vocaciones al servicio sacerdotal”, afirma.“Preparando bien a los nuevos sacerdotes de esta diócesis servimos a la Iglesia local, la madre Iglesia de Jerusalén y, así, servimos a toda la Iglesia”, dice, con gran entusiasmo.

Ahora con la visita del Papa “nos sentiremos apoyados en nuestras luchas diarias. La Iglesia Universal pondrá el foco en esta iglesia local, los que vivimos en los Santos Lugares. Recen por nosotros, ayúdennos y trabajen con nosotros para construir la justicia y la paz en este país, que lo necesitamos”.

Los jóvenes que se preparan al sacerdocio proceden por lo general de familias pobres, que no pueden hacer frente ni siquiera a los gastos de alojamiento y mantenimiento, por no hablar de los gastos de estudios. El seminario depende completamente de la ayuda económica de sus benefactores y Ayuda a la Iglesia Necesitada no les quiere dejar solos. Hasta el momento, ha hecho frente a 10 proyectos con un volumen total de casi 300.000 euros pero seguirán necesitando nuestra ayuda.

Otros proyectos de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Tierra Santa:
- Atención pastoral a prisioneros, dirigida por el Patriarcado Latino de Jerusalén: 7.500 €
- Impresión de misales dominicales en árabe, Patriarcado Latino de Jerusalén: 17.000 €
- Construcción de un centro para boy scouts (Belén): 29.500 €
- Apoyo al centro «Al Liqa‘», para el diálogo religioso (Jerusalén): 20.000 €

Para ayudar a los cristianos de Tierra Santa con Ayuda a la Iglesia Necesitada haga clic en:
https://www.ain-es.org/colabora.aspx?sec=1