En el desierto del Negev, en Israel, hay un centro de detención con más de dos mil prisioneros, en su mayoría de fe cristiana.

Se trata del centro de Holot, donde están encerrados los eritreos y sudaneses que llegan a Israel tras huir de sus países de origen.

El pasado 15 de mayo, una delegación de 13 miembros de la Pastoral de los Emigrantes del Patriarcado Latino de Jerusalén, dirigida por el Vicario Patriarcal, el padre David Neuhaus visitó el centro para reunir pruebas e información sobre las condiciones de vida de los detenidos.

Sólo dos miembros de la delegación obtuvieron el acceso al centro de detención. Pero el informe de la visita, reportado por los medios oficiales del Patriarcado Latino y recibido por la Agencia Fides, transmite una imagen elocuente de como viven sus días en el campo los internos.

Por el momento, la estructura da alojamiento a 2300 hombres. Pero se está trabajando para aumentar la capacidad del centro.



Los detenidos son sometidos a recuento 3 veces al día y la libertad de movimiento que se les concede durante el día es completamente teórica, ya que el centro se encuentra en el desierto, lejos de los centros de población, y los detenidos no pueden utilizar el transporte público para desplazarse. Los presos duermen en habitaciones con diez camas.

La gran mayoría de ellos pertenece a la Iglesia Copta Ortodoxa Eritrea, y con ellos trabajan tres sacerdotes. El calor sofocante, el vacío de los días, las deficiencias en cuanto a la alimentación y la salud, confirman la impresión de estar en un campo de prisioneros.

“¿Por qué estamos aquí? ¿Qué crimen hemos cometido? ¿Cuando nos liberaran?”... son las preguntas más frecuentes entre los reclusos escuchadas por la delegación del Patriarcado Latino.

La mayoría de ellos temen ser devueltos a Eritrea o Sudán, lo que pondría en riesgo la vida de muchos. Para que sea menos dolorosa la vida en este campo, piden una mejora de la asistencia sanitaria y el envío de libros y maestros para llenar los días vacíos.

Actualmente los solicitantes de asilo en Israel son 50.000.
Pero solicitudes de asilo presentadas en 2013 son sólo 43.