Si Filipinas es un lugar especial en Asia por ser el único país asiático de mayoría católica (con la excepción de la pequeña Timor Oriental), el centro y sur de la Isla de Mindanao y el archipiélago Sulu es un lugar especial dentro de Filipinas por su mayoría de religión musulmana. De 92 millones de filipinos, casi 4,5 millones son musulmanes, concentrados sobre todo en esta zona, islamizada desde el siglo XV y que se mantuvo organizada en fuertes sultanatos musulmanes resistentes al dominio español hasta apenas 20 años antes de la independencia.

En los últimos 40 años, la violencia desencadenada por el Frente Moro de Liberación Islámica y otras facciones de las etnias musulmanas han causado 120.000 víctimas mortales y empobrecido la isla de Mindanao. Siendo presidenta, Cory Aquino garantizó una autonomía especial a esas regiones, pero no consiguió que cuajara como una fórmual de paz. Ahora, su hijo, el presidente Benigno Aquino, ha garantizado más autonomía y poder político a la zona bajo el título de "nación": Bangsamora significa "nación mora", asumiendo el nombre de "moros" que los españoles dieron a los musulmanes de las islas ya en el siglo XVI.

El acuerdo de paz, anunciado este pasado domingo por Benigno Aquino, concreta una hoja de ruta que llevará a una "nueva entidad política" de mayoría musulmana en la isla de Mindanao antes de que finalice el mandato de Aquino en 2016 y se llamará Bangsamoro. La nueva entidad política y su marco legislativo se determinará mediante plebiscito. Tendrá competencias en materia de seguridad, de Justicia, en materia fiscal y en explotación de recursos naturales.

Manila mantendrá en su poder las "competencias exclusivas" de Defensa, ciudadanía, de política exterior, monetaria, seguridad y nacionalización tanto de los ciudadanos como de los derechos culturales, usos y costumbres. Aquino afirmó que la fórmula permite que Filipinas permanezca "como una sola nación y un solo pueblo con todas sus diversidades culturales y narrativas en aras de una meta común".

El Frente Moro dice estar satisfecho. "Hemos esperado esto durante muchos años", declaró su vicepresidente, Ghadzali Jaafar. Al parecer, todos los grupos implicados están de acuerdo con el proceso. Una comisión de transición de 15 personas conducirá el proceso durante dos años, un proceso que incluye desmovilizar las tropas del Frente Moro, destruir las armas y establecer las nuevas leyes.

El obispo Martin Jumoad de Basilan saludó el proceso como "un signo de esperanza para la paz" pero pidió estar atentos a que "haya respeto a la religión en este Bangsamoro".

El arzobispo Orlando Quevedo de Cotabato considera que el acuerdo es un "hito" en el "largo y arduo camino a la paz", y que espera que se aplique con "determinación, paciencia, buena voluntad, sinceridad y trasnparencia".

Las negociaciones tuvieron lugar en Malasia, con mediadores malayos, y el apoyo de Estados Unidos. También la Unión Europea ha expresado su alegría y apoyo y disposición a ayudar al desarrollo de Mindanao mediante el comercio y la industria.

Además del nacionalismo moro, en las Islas Sulu y en la de Basilán operan elementos del terrorismo islámico ligados a Al-Qaeda, como los que pusieron una bomba en una iglesia católica la Nochebuena de 2010 en Jolo, capital del archipiélago Sulu, o la bomba en la catedral de Isabela, en Basilán, en abril de 2010, causando víctimas mortales y amedrentando a la población católica, que además vive en condiciones de enorme pobreza.