En 2013 el conocido sacerdote jesuita italiano Paolo Dall´Oglio era secuestrado en la localidad siria de Raqqa por yihadistas de Daesh debido a su papel a favor de la paz. Desde entonces no ha habido noticias del misionero, del que se aseguró que había sido ejecutado.

Pese a las derrotas de los terroristas todavía mantienen un último bastión bajo su control en el sureste de Siria. Entre los yihadistas todavía habría civiles secuestrados, entre ellos kurdos y algunos occidentales, entre los que se encontraría el padre Dall´Oglio, según aseguran fuentes kurdas al diario libanés Al-Akhbar, cercano a Hezbollah.

Negociaciones para la liberación

Según el periódico cercano al partido islamista chíita, la liberación del sacerdote y del resto de rehenes kurdos y occidentales sería inminente. Las negociaciones se habrían intensificado durante los últimos días habiéndose alcanzado un acuerdo de mínimos entre Estado Islámico y las fuerzas kurdo-sirias respaldadas por potencias occidentales.

Una de las fuentes citadas por Al-Akhbar indica que para la liberación de Dall'Oglio los terroristas habrían solicitado un salvoconducto que garantice la huida de algunos jefes yihadistas.

Rumores con una posible base sólida

Fuentes eclesiales locales han asegurado a la agencia misionera Fides que esta vez los rumores sobre el destino del jesuita podrían tener una base sólida porque se basan en lo que informaron los rehenes kurdos que aún quedan vivos del territorio en manos de las milicias de Daesh. Estos rehenes habrían confirmado que vieron al padre Paolo vivo junto con otros rehenes, incluido el periodista británico John Cantlie y una enfermera de la Cruz Roja de Nueva Zelanda.

La pista del padre Paolo Dall'Oglio se perdió el 29 de julio de 2013 mientras se encontraba en Raqqa, ciudad de Siria controlada entonces por las milicias yihadistas de Daesh. El 30 de enero los familiares del padre Paolo fueron recibidos en audiencia privada por el Papa Francisco. En todos estos años, las iniciativas públicas en todo el mundo han mantenido viva la atención sobre el destino del jesuita, iniciador en Siria de la comunidad monástica de Deir Mar Musa.